Severos problemas sociales se avecinan si persisten fallas en sistemas pensionario y de salud

El Asegurador

La radical transformación del bono demográfico, la poca cultura de previsión  para el retiro y la deplorable situación hospitalaria que guarda el país ocasionarán severos problemas sociales que van a desembocar en  una crisis económica de proporciones nunca antes vistas en México; por ese motivo, se requieren soluciones drásticas, inmediatas y sustentables de  largo plazo que permitan revertir este ominoso escenario.

Éstas son las concepciones que sobre los temas de pensiones y salud  compartieron en entrevista exclusiva con El Asegurador  Roberto Rocha López y Ernesto Rosas García, respectivamente expresidente  y coordinador de la Comisión de Difusión de la Práctica Actuarial de la Asociación Mexicana de Actuarios Consultores (AMAC).

En la conversación, los actuarios indicaron que de poco servirá el ahorro para el retiro si los pensionados mexicanos afrontan el último trecho de su vida minados por  enfermedades crónico-degenerativas. Además, advirtieron que el sistema de seguridad social del país no cuenta con personal capacitado ni infraestructura médica de primer nivel para atender a la población en general.

Cuando  Rocha López tomó la palabra,  afirmó que las primeras medidas económicas ejecutadas por la  Administración Federal actual hacen prever un futuro desesperanzador en materia de retiro y salud. El especialista destacó   que, como consecuencia del gran número de adultos mayores existentes, en el corto plazo irrumpirá una demanda gigantesca de servicios hospitalarios; sin embargo, la oferta sanitaria pública será insuficiente debido al  poco o nulo presupuesto asignado a estas dependencias.

“Parece  que esta situación no es tan problemática como parece, sobre todo porque hasta ahora no hemos sentido los verdaderos efectos de una crisis sanitaria, que hoy es innegable; no obstante, todas las condiciones están dadas para que con el nulo presupuesto asignado se provoque el colapso de  los hospitales en apenas 10 años”, vaticinó el actuario de AMAC.

En la actualidad, dijo Rocha López, la población  de adultos mayores en el país supera de forma notable a la de   mexicanos menores de cinco años. Por si fuera poco, advirtió que en lo que se refiere a servicios médicos   se requieren al menos 2,700 especialistas en geriatría; sin embargo, al cierre de 2016 se tenían certificados solamente a 600 profesionales de esta rama médica.

“Enfrentamos un déficit inquietante.   Lamentablemente, no existe suficiente personal capacitado ni la infraestructura médica adecuada  para atender a la inmensa masa de adultos mayores que tendremos en el país en el corto y mediano plazo. En definitiva, requerimos   soluciones que deben ser inmediatas y que forzosamente deben funcionar”, abundó Rocha López.

Hábitos que cuestan

Por su parte,   Rosas García indicó que el retiro y la salud van de la mano:   “Debemos entender que, si no cuidamos nuestra salud durante la etapa económicamente activa, inevitablemente enfrentaremos enormes problemas en la vejez; por ese motivo, necesitaremos   un ahorro importante que nos ayude a mitigar los efectos de la jubilación y nos permita enfrentar los padecimientos asociados a la vejez”.

Rosas García apuntó que es vital que el Gobierno,   las empresas y la sociedad en general reconozcan que las enfermedades de  la vejez son un proceso irreversible; de ahí que haya planteado que se trabaje en todas las esferas de la sociedad para impulsar la cultura de planeación financiera y sanitaria, que permitirá un retiro digno a los mexicanos.

Por último, el actuario especialista en pensiones insistió en   que la sociedad mexicana debe comprender y aceptar que para alcanzar servicios médicos de calidad y lograr rendimientos financieros adecuados  para sortear la vejez es imprescindible que se fomente una cultura que vaya más allá del ahorro y que abarque todo lo concerniente a una vida saludable.

“Nos enfrentamos a una encrucijada nunca antes vista. El gran reto en retiro y salud estriba en que los mexicanos, independientemente    de la clase socioeconómica a la que pertenezcan, entiendan de una vez por todas que, si desean tener ambas cosas, tendrán que preocuparse por su salud e invertir dinero para su retiro. El problema está sobrediagnosticado.   Lo que nos queda es determinar cuánto tendremos que aportar para realmente alcanzar una jubilación digna y acceder a servicios médicos de calidad”, finalizó Rosas García.

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