La aceleración del cambio climático incide directamente en el aumento de fenómenos hidrometeorológicos y esto trae como consecuencia mayores efectos humanitarios y financieros en México, por esa razón, se requerirán nuevas estrategias de mitigación que permitan enfrentar correctamente dichos riesgos.
Así lo considera Ricardo Alvarado, director ejecutivo de Riesgos de Lockton México, quien añadió que es imperativo repensar el acceso a la protección y al capital para salir bien parados ante este amenazante escenario.
“Después de un año en el que el mundo enfrentó una serie de desastres naturales significativos y los efectos prolongados de la COVID-19, la industria de reaseguro afortunadamente mantuvo una posición sólida que le permitió gestionar bien las pérdidas; sin embargo, es relevante tener a la mano información útil para la gestión de riesgos hidrometeorológicos y la cuantificación de su posible golpe en los negocios”, aseguró el ejecutivo.
Para la venidera temporada de huracanes, que arranca el 1 de junio, se estima que habrá 17 tormentas con nombre, ocho de las cuales se convertirán en huracanes y cuatro en huracán mayor (superior a categoría 3) en la zona del Atlántico.
“Es un hecho que el daño relacionado con huracanes puede ser prevenido o al menos minimizado. La clave del éxito es organizar y planificar en tres etapas: antes, durante y después de la tormenta”, cerró Alvarado.