La nueva ventaja competitiva no está en el producto, está en la cultura

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Por: Claudia Araiza, Directora de Capital Humano en JOCS

Hoy hablar de cultura organizacional no es un lujo, ni un tema “soft”; es una necesidad estratégica. Las empresas que crecen de forma sostenible no sólo tienen buenos productos y procesos eficientes, construyen una cultura con propósito de valor al mercado, que guía la forma en la que su gente piensa, actúa y se relaciona.

Actualmente muchas organizaciones son multigeneracionales, algunas de ellas tienen hasta cuatro trabajando bajo un mismo techo, definitivamente esto se vuelve un gran reto. 

Alinear a un mismo propósito a personas boomers que son más estructuradas, analíticas y precavidas, con las más jóvenes que priorizan la innovación, la agilidad y el riesgo, sin duda nos lleva a un problema. ¿Cómo logramos organizar tantas formas de ver el mundo sin perder el rumbo?

En este contexto, uno de los escenarios más complejos —y a la vez más comunes en México y Latinoamérica— son las empresas familiares. Muchas de ellas, además de ser multigeneracionales, nacieron con una fuerte identidad construida desde los valores del fundador. 

Esto representa una gran ventaja, pero también un desafío cuando se busca evolucionar hacia una cultura más institucional que conecte con las nuevas generaciones sin perder la esencia. 

Debemos poder construir una cultura coherente con el valor que la empresa aporta al mercado. No sirve que este escrito en una presentación o en un mural de valores, tiene que reflejarse en las decisiones del día a día, en el ejercicio del liderazgo, en la manera de aprender de los errores y en la forma de reconocer los logros.

Las nuevas generaciones no sólo buscan un sueldo, buscan sentido. Quieren formar parte de una organización donde se sientan vistos, donde haya coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, y donde puedan crecer como personas, no sólo como empleados.

Por eso, fortalecer la cultura es más importante que nunca. Es lo que permite integrar generaciones, retener talento, adaptarse al cambio y mantener el enfoque, incluso en medio de la incertidumbre. Las empresas con una cultura fuerte y coherente no sólo sobreviven: inspiran, evolucionan y construyen legado.

En Jocs, entendemos que cada empresa tiene su propio ADN. Por eso, desde nuestra experiencia en capital humano acompañamos a organizaciones, muchas de ellas familiares, a redescubrir lo que las hace fuertes, para impulsar una cultura coherente, humana y con propósito. Si este tema ya está sobre la mesa en tu organización, abramos la conversación y generemos valor.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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