En esta era de disrupción acelerada, los líderes del mundo asegurador —desde los bastiones tradicionales de las aseguradoras y reaseguradoras hasta los laboratorios frenéticos de innovación Insurtech y Reinsurtech— enfrentan una realidad compartida: el liderazgo que los trajo hasta aquí no es suficiente para llevarlos al futuro.
Este artículo no pretende hablarles de tecnología, productos ni modelos de negocio. Hay expertos mucho mejores para eso. Lo que quiero ofrecer hoy es una reflexión provocadora y una dosis de inspiración para quienes están sosteniendo el timón de este cambio. Porque si algo sé tras 30 años liderando en este sector, es que la transformación comienza con las personas. Y los líderes, muchas veces, transitan este camino con más dudas que certezas.
No están solos.
Dos mundos, un mismo vértigo
Los líderes de corporaciones tradicionales sienten una presión existencial: Clientes más informados y exigentes, productos que se comoditizan rápidamente, riesgo reputacional amplificado por las redes, y un rezago tecnológico que empieza a cobrar factura.
Al otro lado del espectro, los fundadores de startups Insurtech y Reinsurtech están inmersos en otra clase de caos: disrupción constante, escasez de recursos, alta rotación, expectativas desmedidas de inversionistas, y la batalla interna entre visión y supervivencia.
Ambos mundos enfrentan la misma pregunta: ¿Cómo liderar cuando todo se mueve tan rápido y tan profundo?
Las 7 transformaciones del líder real
Recuerdo un artículo de Harvard Business Review de Michael Watkins: ‘The Seven Seismic Shifts of Perspective and Responsibility’. Watkins describe lo que ocurre cuando un verdadero líder florece —cuando deja de ser un gerente para convertirse en una fuerza de cambio. Estas son las transiciones necesarias: De especialista a generalista. De analítico a integrador. De práctico a estratega. De constructor a arquitecto. De resolutor a marcador de rumbo. De guerrero territorial a diplomático sistémico. De actor de reparto a protagonista con foco.
Del cumplimiento al compromiso
Una de las transformaciones más difíciles es pasar del cumplimiento superficial al compromiso real. Porque la gente no se compromete con lo que no entiende ni percibe como valioso para sí misma.
El ciclo es claro: Entendimiento → Percepción Positiva → Experiencia → Acción → Compromiso.
Y si no se logra, lo único que queda es una obediencia vacía. Y el cumplimiento no transforma. El compromiso sí.
El nuevo liderazgo: humano y futurista
Jacob Morgan, tras entrevistar a más de 150 CEOs globales, identificó dos grandes desafíos del liderazgo contemporáneo: el desafío futurista (saber a dónde va la empresa) y el desafío humanista (mantener su alma en el trayecto).
Hoy necesitamos líderes que retan el statu quo, que piensan a largo plazo mientras ejecutan en el presente, que entienden que la lentitud de hoy será la velocidad del mañana.
El cliente como norte cultural
Como explican Chris y Lyndon Brown en “The Customer Culture Imperative”, la cultura organizacional debe alinearse a las expectativas del cliente externo. De nada sirve tener tecnología de punta si no estamos escuchando profundamente. Transformar desde una cultura centrada en el cliente implica empoderar equipos, fomentar colaboración transversal y alinear decisiones con lo que el cliente necesita.
Del líder hacia dentro: el nuevo estándar
No basta con nuevas tecnologías ni estructuras ágiles. Necesitamos líderes que midan lo que importa, reconozcan diariamente, entrenen como coaches, vivan cada día como el día del juego, desarrollen nuevas habilidades, atraigan talento diverso, lideren con propósito ESG, y sobre todo, que lideren con claridad, humanidad y ejemplo.
Un llamado final: el momento es ahora
No importa si lideras una aseguradora centenaria o una startup con seis meses de runway. Estamos todos en la misma tormenta, aunque en barcos distintos. Pero el liderazgo real no espera que cambie el clima. El liderazgo real aprende a navegarlo.