Abre sus puertas el Museo de la Cultura del Seguro

El Asegurador

En el corazón del barrio de San Ángel abrió recientemente un espacio para el entendimiento. El Museo de la Cultura del Seguro (CUSE) inauguró oficialmente su sede en la Plaza San Jacinto número 16, con la intención de cambiar, desde la raíz, la manera en que se entiende la protección, la previsión y el papel del seguro en la vida cotidiana.

Primero en su tipo en México y en toda América Latina, el CUSE nació como una iniciativa ciudadana que busca dignificar al sector asegurador y acercarlo a la gente, especialmente a los jóvenes. Lejos de los tecnicismos y las cifras frías, este museo se construyó con una narrativa pedagógica, histórica y visual que invita a tocar fondo… pero también a ver hacia el futuro.

Detrás del proyecto hay dos nombres claves: Gianco Abundiz Cabrero, actuario y educador financiero; y la historiadora Irma Dugelby Pointelin, directora del CUSE. Él, impulsor incansable de la educación financiera. Ella, especialista en museografía e inteligencia cultural. Juntos han orquestado una propuesta innovadora que combina emoción, información y una inmersión sensorial cuidadosamente diseñada.

“Protegerse no es un lujo, es una responsabilidad colectiva”, dijo Abundiz durante el acto inaugural. Su voz, firme y cálida, encontró eco entre los asistentes. Porque en ese patio, donde alguna vez hubo silencio, esa tarde se habló de prevención como un acto de amor. Amor por el otro, por el futuro, por lo que aún no ocurre, pero podría.

En el recorrido inaugural, -al que asistieron fundadores, aliados del sector asegurador y representantes del consejo directivo, como Clemente Cabello, Antonio Fernández y Victor Feldmann- se esuchó una misma idea: este museo es de todos. Una frase sencilla, pero poderosa, en tiempos en que la confianza colectiva necesita nuevos cimientos.

A partir del 1 de julio, el CUSE abrió sus puertas al sector asegurador y será el primero de agosto cuando reciba al público en general. La exposición permanente convivirá con programas educativos, conferencias y exhibiciones itinerantes que buscan un diálogo activo con la comunidad.

En el ambiente, hubo también hubo también emoción. Porque este museo no solo informa, toca fibras. Es, en palabras de sus creadores, un espacio para comprender que el seguro no se trata de lo que podría perderse, sino de lo que vale la pena proteger. Y eso, en tiempos de incertidumbre, es también una forma de esperanza.

Califica este artículo

Calificación promedio 5 / 5. Totales 9

Se él primero en calificar este artículo