Falta de previsión climática cuesta 25 mdp diarios a empresas

Por: Alma G. Yáñez Villanueva @pea_alma

Disponer de una póliza de seguros activa no siempre implica contar con una cobertura adecuada frente a huracanes, lluvias torrenciales o inundaciones. Un ejemplo reciente es el huracán Otis, tras el cual se evidenció que una parte significativa de los bienes asegurados en zonas afectadas solo contaban con cobertura contra incendio o terremoto, quedando excluidos de protección frente a tormentas.

Y es que la temporada de huracanes en México representa un periodo de alta exposición para las empresas, especialmente aquellas que concentran infraestructura crítica, inventarios de alto valor o procesos logísticos interdependientes. Estos fenómenos no solo generan afectaciones materiales, sino

también interrupciones operativas, pérdidas económicas y desafíos reputacionales.

Entre 2012 y 2024 se han pagado, en promedio, 7,591 millones de pesos anuales por siniestros relacionados con riesgos hidrometeorológicos. Esto equivale a más de 25 millones de pesos diarios y representa un incremento del 91 por ciento respecto al periodo 2001–2012, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

El panorama no es alentador, el pronóstico de actividad ciclónica para 2025 es elevado. La experiencia reciente demuestra que los eventos extremos no solo ocurren con mayor frecuencia, sino que también generan impactos más costosos y complejos.

Ante este escenario, Eduardo Gutiérrez, Socio Director en Eikos, consultora especializada en seguros y administración de riesgos, recomienda a las empresas fortalecer tres pilares clave: seguros adecuados, protocolos internos robustos y alianzas estratégicas predefinidas.

En este sentido, destaca que una póliza integral frente a fenómenos hidrometeorológicos debe contemplar al menos los siguientes elementos:

● Cobertura por huracanes, tormentas, granizo, deslaves e inundaciones.

● Protección frente a interrupción de actividades o pérdida de ingresos.

● Daños a bienes en tránsito o en uso fuera de planta.

● Gastos adicionales por reubicación temporal.

● Remoción de escombros y limpieza.

● Procesos preferenciales de atención de siniestros.

Además, se recomienda revisar periódicamente los valores asegurados, evitar la infravaloración de activos y mantener actualizadas todas las ubicaciones relevantes. Estas acciones son clave para garantizar una indemnización adecuada.

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