Por Alejandra Fernández, Agente D10
En esta apasionante carrera como agentes de seguros, hay algo que jamás podemos olvidar: el servicio al cliente es la base de todo. Y hoy, quiero compartirte una experiencia que viví en una mentoría reciente con una colega que apenas inicia este camino.
Esta historia es para ti, que estás empezando; para ti, promotor, que no comprendes por qué tus nuevos agentes aún no venden; para ti, que sueñas con crecer en esta profesión.
Y si eres promotor, este mensaje también es para ti: tu rol no termina al reclutar nuevos agentes. De hecho, ahí es donde empieza tu verdadera labor. Un promotor que guía, acompaña y comparte su experiencia con empatía puede ser la diferencia entre un agente que abandona y uno que se convierte en un verdadero profesional. Si notas que tus agentes no venden, no los juzgues primero; mejor pregúntate:
¿Estoy ayudándolos a descubrir su propósito en esta carrera?
¿Les estoy enseñando más allá de las técnicas?
Tu liderazgo puede encender o apagar esa chispa inicial. Haz que valga la pena.
En tus primeros pasos como agente, es normal sentirte perdido. No sabes a quién más venderle porque ya agotaste tu círculo cercano, tu familia no te compró como pensabas, dudas de tu speech de ventas, no estás seguro si explicas bien los productos, has tenido muchas citas pero pocas ventas… y, para colmo, no sabes ni cómo cobrar. Te preguntas si esto realmente es para ti. Y créeme: todos pasamos por ahí.
Pero antes de buscar perfeccionar tus técnicas de prospección o de cierre, hay una pregunta fundamental que debes responder con total honestidad:
¿Por qué estás aquí?
¿Fue por necesidad? ¿Porque perdiste tu empleo? ¿Porque alguien te dijo que aquí ganarías mucho dinero? ¿Porque es lo único que encontraste?
Si la motivación es solo el dinero, lamento decirte que quizá este no sea tu lugar.
Esta carrera requiere pasión por servir, entrega genuina, vocación por ayudar. Nos ven como simples vendedores de seguros, pero somos mucho más: somos profesionales que protegemos sueños, familias y futuros. Por eso, tu motor debe ser más profundo que una comisión.
Un buen agente se capacita constantemente. Los productos cambian, las coberturas se actualizan, los clientes evolucionan. No basta con saber vender: hay que comprender lo que vendes, dominar las 4 ramas (vida, gastos médicos, daños y autos) y saber cómo realmente puedes ayudar a tu cliente.
Si tu camino es especializarte en una sola rama, ¡adelante! Pero incluso ahí necesitas estar capacitado y en constante crecimiento.
Entonces, mi primera recomendación para ti, que inicias, es clara:
Capacítate siempre.
El día que dejes de aprender, alguien más lo hará por ti… y podrías perder a ese cliente que tanto necesitabas.
Volviendo a mi mentoría, la agente me confesó que también estudia belleza los sábados porque sueña con tener su propio salón. Sin embargo, al hablar de seguros, sus ojos brillaban. Su cara se transformaba. ¡Ella no lo notaba, pero desde fuera era evidente que esto le apasionaba mas que un salón de belleza!
Y eso lo percibe tu cliente. Lo que transmites al hablar —tu mirada, tu energía, tu seguridad— vende más que cualquier guion aprendido.
Por eso, hoy te invito a reflexionar:
- ¿Qué es eso que realmente te hace feliz?
- ¿Qué actividad te hace brillar los ojos?
- ¿Cuál es tu verdadera motivación para seguir aquí?
- ¿Estás buscando un trabajo… o este trabajo te encontró a ti?
Y si al responder estas preguntas te das cuenta de que sí quieres quedarte en esta carrera, ¡felicidades! Has dado el primer gran paso: decidir quedarte con propósito.
Ahora comienza el verdadero camino: ya no se trata de sobrevivir como agente, sino de crecer como profesional.
Es momento de dejar de improvisar y empezar a construir: tu cartera, tu reputación, tu futuro.
No estás solo. Hay quienes ya recorrieron el camino y están dispuestos a ayudarte. Solo necesitas compromiso, disciplina y la humildad para aprender.
El servicio al cliente no es opcional. Es la clave para vender y, más importante, para generar relaciones de largo plazo. La confianza empieza incluso mucho antes de cerrar una venta.
De hecho, muchas de mis primeras ventas llegaron porque, gracias a una experiencia personal que luego te contaré, comprendí que dar un excelente servicio a una sola persona puede hacer una enorme diferencia. Esa persona se siente atendida, valorada, y lo que hará será recomendarte con otra. Y así puede empezar todo en esta hermosa profesión.
Esta es una carrera de resistencia, no de rapidez, y es indispensable saber la diferencia.
Desde mis inicios, mi estrategia más poderosa de ventas ha sido dar un servicio excepcional: uno a uno, con empatía y con compromiso. ¿El resultado? Clientes que se quedan, recomiendan y confían. Clientes fieles y felices.
Entonces, si hoy me preguntas:
¿De dónde saco clientes?
¿Es bueno mi speech?
¿Estoy vendiendo bien?
¿Cómo cobro?
Mi respuesta será:
Empieza por dentro. Inicia por ti.
Pregúntate qué te mueve, qué te emociona, si conoces tus productos, si te estás preparando cada día, si realmente quieres estar aquí.
Si la respuesta es sí, entonces:
Sigue adelante. Da lo mejor de ti a cada cliente. Y los números, como por arte de magia, empezarán a cumplir tus sueños.
Conclusión motivacional
No estás vendiendo seguros. Estás protegiendo vidas.
Si haces de esta carrera tu vocación, el dinero vendrá.
Y no solo eso: vendrá acompañado de satisfacción, libertad y propósito.
Y si eres promotor, nunca olvides que estás formando líderes. El éxito de tu equipo es el reflejo de tu entrega.
Y si eres agente, que decidió quedarse, te lo digo con certeza: estás en la carrera correcta.
Hazlo por tus sueños, por tu crecimiento y por cada familia que necesita tu protección.
Nos vemos en la cima.
Y recuerda siempre: da lo mejor de ti.