Por: Alejandra Fernández

Las ventas, al igual que el fútbol, son un juego apasionante donde cada movimiento cuenta y cada decisión puede cambiar el marcador. En la cancha, los jugadores persiguen un balón con la mirada puesta en la portería; en el mundo comercial, los vendedores persiguen oportunidades con la mirada puesta en sus metas y sueños.

Ahora bien, si solo saliéramos a jugar ese juego que ya dominamos, ¿en qué momento podríamos evolucionar? ¿En qué instante creceríamos como personas y profesionales? La verdadera transformación ocurre cuando enfrentamos retos inesperados, cuando nos vemos obligados a salir de la zona de confort y a dar más de lo que creíamos posible.

Pasión: el motor que transforma los números en historias

Imaginemos un equipo de fútbol que durante toda la temporada quedó invicto: de 8 partidos ganó los 8, con el campeón goleador en sus filas. Era el equipo a vencer, el referente para todos los demás. Llegan a la semifinal confiados, con la estadística a su favor. Inician ganando 1-0, pero el rival empata y el partido termina 3-3, obligando a definir todo en penales.

En ese momento, la historia cambia. Los penales son el escenario que ningún equipo desea: ahí no importa la fuerza del colectivo, sino la precisión individual. Y aquel equipo que tenía todo para ganar, que la estadística respaldaba como el mejor, pierde la semifinal.

Tenían las herramientas: sí.
Tenían el conocimiento: sí.
Tenían las ganas: definitivamente sí.

¿Pero que fue lo que les falto?  faltó PASION  en ese instante decisivo. Esa energía que impulsa a correr más rápido, a dar un esfuerzo extra, a no confiarse en lo que ya está ganado. En ventas, la pasión se refleja en la forma en que atendemos a un cliente, en la convicción con la que presentamos una propuesta y en la perseverancia para superar los obstáculos y meter ese gol.

Actitud: la diferencia entre confiarse y ganar

La estadística puede decir que eres el mejor, pero el verdadero éxito depende de la actitud con la que enfrentas cada oportunidad. No basta con hacerlo bien ocho veces: hay que salir con toda la determinación cada vez que se juega, porque siempre habrá un rival dispuesto a encontrar la manera de ganar.

Hace poco, una amiga me preguntó: “¿Cómo puedo meterme en la mente y corazón de los clientes para proteger a los que más aman?” Esa pregunta se quedó conmigo, porque refleja la esencia de las ventas en seguros, planes de protección y ahorro.

Como vendedora, sé que tenemos las herramientas, el conocimiento y las ganas. Pero, al igual que aquel equipo invicto, a veces nos falta salir con el enfoque total, con la convicción de que cada cliente merece lo mejor de nosotros. La actitud es lo que convierte la preparación en resultados, lo que transforma la estadística en victorias reales.La Actitud es la que nos hace ganar, la que nos hace quedarnos en la mente de ese prospecto que fuimos a ver, es la que nos hace GANAR.

Trabajo en equipo: la estrategia que multiplica resultados

El fútbol nos enseña que no siempre se gana con jugadas individuales: el verdadero triunfo surge del trabajo en equipo. En ventas ocurre lo mismo. La colaboración entre áreas, la comunicación efectiva y la confianza mutua son los pases que permiten avanzar hasta llegar al gol: cerrar una venta que no solo genere ingresos, sino también relaciones duraderas.

En ventas, los “penales” son esos momentos decisivos en los que todo depende de ti: una reunión clave, una llamada importante, una presentación frente a un cliente que puede cambiar tu carrera. Ahí no hay equipo que te respalde, ahí eres tú frente al reto. Y lo que marca la diferencia no es lo que hiciste ayer, sino lo que decides hacer hoy.

Conclusión: más allá de las cifras

Las ventas no son solo números. Son un juego de estrategia, pasión y trabajo en equipo. Y al igual que en el fútbol, cada “gol” —cada cliente protegido, cada familia asegurada, cada sueño respaldado— nos recuerda que detrás de los números siempre hay un propósito mayor: proteger lo que más importa y transformar sueños en realidades.

Así es que, amiga, termino este artículo contestando tu pregunta:

¿Cómo puedo hacer para meterme en la cabeza y el corazón de los clientes para que decidan tomar acción y protegerse?

La respuesta es clara: sal a jugar todos los días con pasión y entrega. Prepárate con las herramientas necesarias, fortalece tu conocimiento y afila tu estrategia. Entrena tu mente y tu actitud como un jugador que se prepara para la final. Siéntete segura de ti misma, cree en tu capacidad, en tu propósito y en tu misión de proteger lo que más aman tus clientes.

Porque cuando estamos preparados mental y técnicamente, y contamos con la determinación, no existe nada que pueda interponerse entre tú y la portería. Tú sabes que hoy sales a ganar.

No olvides:

•          Prepárate cada día como si fuera el partido más importante.

•          Confía en ti, porque tu seguridad inspira confianza en los demás.

•          Cree en ti, porque tu convicción abre puertas que parecían imposibles.

•          Elige ganar, porque la victoria comienza en tu mente antes de llegar al marcador.

El campo está listo, el balón está en juego y la oportunidad está frente a ti. No juegues como si ya hubieras ganado; juega como si cada cliente fuera una  final a ganar . Porque los verdaderos campeones no son los que nunca pierden, sino los que nunca dejan de luchar con pasión, actitud y entrega.

Hoy es tu momento. Hoy sales a ganar.

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