Hoy en día la industria aseguradora mexicana se enfrenta a cuatro grandes retos:
- El aumento en la esperanza de vida, el envejecimiento poblacional y el incremento en el costo de la salud originan complejas situaciones sociales y presiones sobre las finanzas públicas.
- El riesgo climático es uno de los grandes retos a nivel mundial. La industria aseguradora apoya al sector público en la cobertura de los riesgos asociados, prevención y adaptación.
- La Inteligencia Artificial y los grandes volúmenes de información (Big Data) implican cambios en la cadena de valor de los seguros y las fianzas, como son la identificación de patrones de comportamiento, velocidad de procesos, que conllevan nuevas oportunidades y grandes retos regulatorios.
- Los riesgos tecnológicos, la seguridad de la información y la ciberseguridd forman un nuevo grupo de riesgos operativos que ameritan gestionar el gobierno coporativo, modelos de negocios y los requerimientos regulatorios de las instituciones.
Esto fue señalado por Ricardo Ernesto Ochoa Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) durante su participación en la 29 Convención de Aseguradores.
Ochoa Rodríguez dijo que gracias a la implementación de la nueva LISF y Solvencia II en 2015, México se encuentra a la vanguardia a nivel mundial en cuanto a regulación en seguros; sin embargo, la penetración que tiene comparada con países de América Latina y de todo el orbe es aún muy baja (apenas poco arriba del 2% del Producto Interno Bruto).
Por ello, la CNSF está trabajando en una nueva etapa para el mercado en la que se fomente el dinamismo del sector y se preserve su estabilidad y solvencia.
“Hay que tener en cuenta también que en la industria se habla siempre de dos actores: la autoridad y las compañías aseguradoras, pero nadie voltea a ver a la tercera parte: el asegurado. Así pues, debemos poner atención en ver al seguro no solo como un instrumento sino como una verdadera solución que protege a las personas y al patrimonio del país”, afirmó.