Dos estudiantes

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Reflexiones
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Por: Carlos Molinar

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(La misma persona)

Este artículo habla de dos estudiantes totalmente opuestos, el primero, de la Escuela de Derecho de la Universidad La Salle en México, en los ochenta y, el segundo, la Escuela de Lenguas y Civilización Francesa de la Universidad de Neuchâtel, en Suiza, en la actualidad.

 El primer estudiante: un joven deportista, bastante amiguero, pero sin socializar demasiado. Sus años iniciales en la universidad, los compaginaba con su carrera de futbolista profesional, haciendo algunas pasantías como abogado y montando un bufete con tres de sus mejores amigos.

En los últimos semestres, trabajó en una aseguradora, donde empezó como auxiliar y escaló rápidamente. Se aplicó en su carrera laboral y no se preocupó por aprender en la universidad.

El otro estudiante es alguien que volvió a la universidad a sus 66 años, después de haber hecho algunos estudios de posgrado relacionados con su actividad laboral. La gran diferencia es que ingresó convencido de aprender.

El estudiante de Derecho asistía a clases con 25 compañeros, se sentaba al final del aula con sus amigos, bromeando y escapando de algunas clases; el estudiante actual asiste hoy a clases con más de 80 personas.

El estudiante actual llega al aula por lo menos 15 minutos antes para conseguir un asiento en la primera fila. A sus 66 años, su deseo de comprender lo lleva al punto de no perder un solo detalle.

El segundo estudia la lengua francesa, que requiere un esfuerzo especial. Los sonidos para entender y la pronunciación son un reto adicional.

¿Somos los mismos? ¿O somos otros? Sin duda, los mismos, aunque transformados.

Somos eternos aprendices, y esta experiencia me lo demuestra.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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