La necesidad de tomar medidas urgentes contra la diabetes es más clara que nunca, pues el número de personas que padecen esta afección se ha cuadriplicado en los últimos 40 años. En síntesis, es la única enfermedad no transmisible en la que el riesgo de morir prematuramente está aumentando, en lugar de disminuir. Además, una alta proporción de los seres humanos que requieren hospitalización y presentan síntomas graves a causa de la COVID-19 tienen dicho padecimiento.
Así lo afirmó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al hablar sobre el Pacto Mundial contra la Diabetes, un paquete técnico del organismo sanitario cuyo objetivo es dar un muy necesario impulso a los esfuerzos para prevenir la diabetes y brindar tratamiento a todos los que lo necesitan, a 100 años del descubrimiento de la insulina.
Tedros remarcó que el pacto ayudará a catalizar el compromiso político de acción para aumentar la accesibilidad y asequibilidad de los medicamentos para este mal que salvan vidas y también para su prevención y diagnóstico.
El director de la OMS detalló que en la región de las Américas, 62 millones de personas viven con diabetes. “La prevalencia de la diabetes ha aumentado con rapidez, especialmente durante las últimas dos décadas, impulsada en gran medida por el aumento del sobrepeso y la obesidad. Una gran proporción de personas que la padecen no son diagnosticadas o su condición está mal controlada, lo que lleva a un aumento de la morbilidad y la mortalidad debido a esta enfermedad. El aumento de dicha afección en las Américas evidencia la crítica necesidad de fortalecer la respuesta del sistema de salud para mejorar la calidad de la atención para las personas que viven con diabetes”, subrayó Tedros.
Por su parte, y en un momento en el que el virus SARS-CoV-2 se expande sin control en muchos lugares del orbe, la doctora Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), destacó durante la Cumbre Mundial de Diabetes que “entre los aspectos más preocupantes de esta pandemia está el efecto en las personas con diabetes y otras enfermedades no transmisibles. Aunque el número exacto de víctimas aún no se conoce por completo, estamos muy preocupados por las consecuencias que tendrán los cambios adversos en el estilo de vida, las interrupciones en los servicios de atención médica y en la cadena de suministro que limitaron el acceso a los medicamentos”.
Para finalizar, Etienne hizo un llamado a actuar de manera urgente para mantener los servicios de salud esenciales y a su vez garantizar la continuidad de la atención de las personas que viven con diabetes.