El envejecimiento demográfico está afectando profundamente al tejido económico y social mundial, acelerado por décadas de tasas de natalidad en descenso. Si bien la mejora de la esperanza de vida es un logro notable, muchas personas no pueden financiar esos años adicionales, destaca la publicación Principios de la economía de la longevidad: la base para un futuro financieramente resiliente, elaborado por el Foro Económico Mundial en colaboración con Mercer.
El documento señala que la Iniciativa de Economía de la Longevidad del Foro Económico Mundial convocó a líderes de empresas, gobiernos y la sociedad civil para establecer principios de economía de la longevidad, que tienen como objetivo elevar el perfil del debate sobre la longevidad, promoviendo la alineación entre sectores para abordar los desafíos demográficos y financieros del envejecimiento global y apoyando a las personas para que sean resilientes en sus vidas más largas.
En este sentido, el reporte detalla los principios más importantes:
1. Garantizar la resiliencia financiera en eventos clave de la vida
Casi el 40 por ciento en todo el mundo enfrenta inestabilidad financiera después de interrupciones profesionales no planificadas, incluidas interrupciones profesionales, enfermedades o jubilaciones inesperadas. La colaboración público-privada es crucial para apoyar a las personas que enfrentan estos desafíos.
2. Proporcionar acceso universal a una educación financiera imparcial
Sólo el 33 por ciento de la población mundial se considera con conocimientos financieros, lo que contribuye a las desigualdades de riqueza, fuertemente correlacionadas con las desigualdades en la esperanza de vida. La educación financiera integral e imparcial permite a las personas tomar decisiones financieras informadas.
3. Priorizar el envejecimiento saludable como base para la economía de la longevidad
Se espera que alrededor de una quinta parte de la vida se viva con enfermedades y el 80 por ciento de los adultos en los países en desarrollo están preocupados por el costo de los gastos médicos. El acceso equitativo a los servicios de salud puede facilitar el bienestar tanto para el individuo como para la sociedad en general.
4. Desarrollar empleos y habilidades a lo largo de toda la vida para una fuerza laboral multigeneracional
A nivel internacional, hasta el 25 por ciento de las personas de 55 años o más desean trabajar en la vejez, pero enfrentan barreras para encontrar oportunidades. Los cambios demográficos y las innovaciones tecnológicas requieren empleos y desarrollo de habilidades para adaptarse y evolucionar, permitiendo a las personas extender sus años de trabajo según lo deseen.
5. Diseñar sistemas y entornos para la conexión y el propósito social
La conexión social es parte integral de una longevidad saludable. Los adultos mayores socialmente aislados tienen un mayor riesgo de mala salud y muerte prematura. El diseño intencional de sistemas y entornos para la conexión social puede mitigar estos impactos.
6. Abordar intencionalmente las desigualdades en longevidad, incluso entre género, raza y clase
Los beneficios de la longevidad no se distribuyen equitativamente. La promoción de la equidad salarial y de pensiones, así como el apoyo a los cuidadores informales, son algunos de los elementos cruciales para garantizar que la seguridad financiera y los beneficios de la longevidad sean más accesibles para todos.