Esto es mío y de nadie más

El Asegurador

 

Hace algún tiempo empecé un proyecto que me llevó a escribir esto. Ese  proyecto empezó cuando tenía seis  años. Realicé  un plan y lo seguí al pie de la letra; detallé todo lo que debía hacer y tuve claros los medios necesarios para llevar a cabo esa idea. Tenía una meta y un objetivo claro, y cada paso que di lo enfoqué viendo hacia allá.          

Voy a relatarte un poco de lo que he aprendido en este camino. Espero  que algo de esto te sirva en el que tú estás recorriendo.

Mi meta desde los seis  años fue formar una familia, y toda mi vida la planeé  con base en eso.  ¿Qué necesito para ir del punto A al punto B? Básicamente,  mi plan tenía dos escaloncitos:   conseguir un empleo que me permitiera cuidar de mi familia y casarme.

A los seis  años pensé en las profesiones que conocía y encontré  que, desde mi perspectiva, la profesión perfecta para mí era ser actriz porque en mi cabeza de seis  años una actriz llega al set, hace la novela y se va a su casa. Y  no solo eso:  se va muy  arreglada y hermosa. Hoy   sé que ser actriz no es tan simple. Pero  recuerden que esto estaba pasando en la mente de una niña de 6 años.

Empecé clases de actuación; y a los 18 años, cuando  tuve que elegir mis estudios universitarios, me encontré con la primera  gran muralla:  mis padres no estaban de acuerdo con que estudiara la licenciatura en teatro y actuación, pues para ellos debía estudiar algo que, en sus palabras, “sí  dejara”. Hoy  en día aún me duele no haber podido brincar esa muralla, y no me duele por  no haberlo hecho, sino que me duele el motivo de mi indecisión. Y es que  básicamente   les creí. La  voz de mis padres ha sido  muy importante para mí;  suena demasiado fuerte en mi cabeza, y yo les creí. Les  creí que no podía, y les compré  su meta: “Es  mejor estudiar algo que deje”.

A los 18 años mi mundo se estaba cayendo a pedazos, porque no solo la primera  meta se había derrumbado, sino que también la segunda estaba muy lejos de su concreción. Y    mi dead line en el plan que había hecho hace años era justamente éste:  los 18 años. Así  que, al no llegar, lo recorrí a los 20, a los 23… Fue  hasta casi los 30 años cuando  encontré a una persona lo bastante loca como para querer unir su vida a la mía;  y aun  el día de la boda ocurrieron   un sinfín  de obstáculos:  no llegaban los padrinos, un proveedor me llamó pidiéndome más dinero para presentarse, los músicos en la ceremonia se equivocaron de canciones… Respiré    y dije: “Esto    es con lo que he soñado toda mi vida, y no importa lo que pase lo voy a realizar. Sólo  faltan 10 pasos, literalmente. Esto  es mío y de nadie más”. 

Hoy mi vida es un cuento de hadas. ¿Y qué  creen? La carrera que deja al menos a mí no me deja, ya que no la ejerzo. Disfruté  cada día en la universidad. Le debo gran parte de lo que soy ahora. Me condujo a este hermoso sector. Pero  lo que realmente llena mi vida es estar viviendo y disfrutando mi  sueño.

Alguien me dijo alguna vez que es más sabio alguien que aprende de las experiencias de los demás tanto como de las propias, y es por eso por lo que hoy te quiero compartir que:

  1. Tener metas en la vida es muy importante, pero lo más importante es que esa  meta sea tu meta.           
  2. Identifica a las personas que tienen la capacidad de hacerte creer que tus metas no son las que deberían ser, y recuerda que el contexto de quien te aconseja no es necesariamente tu contexto.
  3. Debes saber que la persona que va a tomar la decisión eres tú, y quien va a vivir con esa decisión eres tú.
  4. Es muy importante que tengas un plan, un plan claro y definido. Pero  también es muy importante que sepas que ese plan claro y definido es una línea recta;  aunque  llegar a tu meta no va a ser   una línea recta:  va a haber curvas, y debes estar preparado para tomarlas.
  5. Por último, prepárate y  capacítate  porque, cuando finalmente llegues  a la meta, debes tener el valor y el coraje para responderle a la vida cuando ésta te pregunte: “¿Realmente   quieres esto?”. Tú deberás afirmar:  “Claro que sí. Esto  es mío y de nadie más”.

Califica este artículo

Calificación promedio 4 / 5. Totales 2

Se él primero en calificar este artículo