A pesar de la crisis económica que desencadenó la pandemia de COVID-19, la industria afianzadora fue uno de los sectores menos golpeados en 2020. Además, hay ciertos indicios en materia económica, sobre todo de inversión en infraestructura clasificada como relevante, que vaticinan un 2021 de crecimiento para el negocio de las garantías, señaló en entrevista Juan Pablo de Velasco, presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Garantías (AMIG).
De Velasco indicó que, haciendo un recuento de los daños para el sector afianzador, este instrumento financiero nunca dejó de considerarse vital para respaldar la inversión y el crecimiento de la economía, a pesar de que el año que termina fue crítico para prácticamente todas las actividades productivas (aspecto que se evidenció en la desaceleración de los negocios).
Cabe señalar, indicó el entrevistado, que, aun cuando 2020 fue un periodo atípico en el desarrollo de las inversiones, las garantías lograron muy buenos resultados en el primer trimestre del año; sin embargo, la expansión de la pandemia y sus consecuentes implicaciones en los terrenos económico y social provocaron que en el seguro en el tercer trimestre los resultados en ventas se tornaran negativos. La buena noticia es que en los últimos dos meses del año se observó ya una mejora evidente en la marcha del sector.
Cuando se le preguntó qué riesgos podría haber para la fianza de continuar el clima de inestabilidad económica y crisis sanitaria, el presidente de la AMIG indicó que el mayor de ellos podría ser que se desencadene una baja en la demanda de instrumentos de garantía, situación que solo se originaría si no se concretaran los planes de reactivación económica anunciados por los gobiernos federal y estatal; pero aclaró que ése es un escenario que se aprecia lejano y poco probable.
El abrupto paro de las actividades económicas ocasionó de manera natural que durante un par de trimestres, de mucha incertidumbre, como sabemos, se anulara la inversión en infraestructura, y esa situación hizo que la fianza corriera la misma suerte, sobre todo porque el mayor volumen de negocios proviene de garantizar la obra pública, explicó De Velasco.
Ese enrarecimiento del mercado, agregó, llevó a reflexionar acerca de qué estrategia había que desarrollar con el objeto de equilibrar la situación y, además, para preparar al sector de cara al 2021 con otro tipo de procesos operativos. En resumidas cuentas, se llegó a la conclusión de que la comunicación y la promoción de la fianza se deberían convertir en un tema central en todos los aspectos.
“Y, cuando hablo de que la comunicación y la promoción se deben convertir en un tema central, me refiero a que es necesario que estos instrumentos de garantía estén siempre presentes en cada concurso, licitación o proyecto que se proponga para reactivar la economía”, dijo el funcionario de AMIG.
Por otra parte, De Velasco refirió que los afianzadores están trabajando en fortalecer aquellos nichos de negocio en los que no se ha crecido tanto, como las fianzas de Fidelidad y Arrendamiento, en las que ya se aplican esfuerzos para propiciar su crecimiento, por lo que en ese aspecto ya están fortaleciendo los procesos.
Así, una de las estrategias para el sector de las garantías de cara a 2021 es difundir con toda fuerza las ventajas que tiene este instrumento en el funcionamiento de la economía.
Finalmente, se le inquirió sobre cómo sería un escenario catastrófico para la fianza y qué tan cerca estamos de ello. De Velasco consideró que, en definitiva, algo así implicaría que se cerrara la llave de la inversión público-privada que surte a la construcción de infraestructura. “Y esa posibilidad, afortunadamente, no la veo ni probable ni cercana”.
“A pesar de todo, en este sexenio el impulso a obras emblemáticas, como el aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas o el Tren Maya, por citar sólo los ejemplos relevantes, ha generado condiciones favorables para el crecimiento de la fianza; e, irónicamente, también las inquietantes condiciones que se generaron en la economía en el contexto pandémico contribuyeron al repunte de la solicitud de garantías, lo que ocasionó que el sector afianzador no fuera tan golpeado, como ocurrió en otras industrias”, concluyó el presidente de AMIG.