Las siete c del liderazgo para construir una empresa con alma

El Asegurador

 

En un episodio tan desafiante como el que estamos pasando (la pandemia de COVID-19)  es fundamental que el empresario genere en su equipo de trabajo un ambiente de calma, seguridad y esperanza y que ejerza  un liderazgo inspirador que propicie la unión de su personal. Es lamentable  observar cómo algunos dirigentes o gobernantes pretenden salir avantes de esta situación agrediendo o dividiendo a sus equipos, cuando la unión es la clave para la resiliencia en momentos de crisis.

Éste es  el punto de vista que expresó  Juan Murguía Pozzi, experimentado afianzador, durante el programa En Directo, con Genuario Rojas. En la charla con el periodista, Murguía Pozzi  agregó que, como un  apasionado del mundo de la empresa, ha aprendido durante más de cinco décadas de dirigir y formar parte  de diversos órganos  de administración  que el empresario se transforma por medio  de la empresa y a su vez puede cambiar a la  sociedad para volver a ésta  más justa,  más libre y más humana  siempre y cuando se privilegie el respeto    a la dignidad de las personas.

Murguía Pozzi relata que en  su paso por la Unión Social de Empresarios de México (USEM)              recibió valiosos ejemplos y enseñanzas de reconocidos empresarios de este país. Por ejemplo, de    don  Lorenzo Servitje, presidente de Grupo Bimbo,   adoptó la noción  de que la empresa es un instrumento para edificar una sociedad más justa, libre y humana, por lo que, como tal, la empresa es un instrumento de desarrollo humano muy importante.

Murguía Pozzi considera que un dirigente de empresa debe asumir el compromiso de edificar   lo que él llama  una empresa con alma, lo que implica  infundir en sus funcionarios y dirigentes pasión por lo que hacen, pero respetando su dignidad, remunerándolos adecuadamente, inculcándoles tanto el sentido de preocupación por  la comunidad en la que viven  como   la sobrevivencia de la empresa y   la conservación de los empleos.      

En ese orden de ideas, Murguía Pozzi compartió las   siete c   del liderazgo:

  1.     El liderazgo tiene que inspirar calma.
  2. El liderazgo  suscita  confianza   en quien te dirige.
  3. La buena  comunicación    es elemento fundamental en la empresa. Todos deben saber con claridad en qué situación está la empresa en tiempos de crisis  para que sepan qué hacer, adónde  ir y puedan unir esfuerzos.
  4. Infundir el espíritu de colaboración.  
  5. Sentido de comunidad,   esto es, interés por el lugar en que  vives y por tu país.
  6. Compasión, para ayudar a los más vulnerables.
  7. Y cash. La importancia de cuidar cada peso que se genera para que el recurso no se vaya por la coladera.

Por otra parte,  Murguía Pozzi consideró esencial tanto en tiempos de crisis como en tiempos de bonanza efectuar una toma de decisiones basada en los valores de la empresa. Equiparando estos conceptos empresariales con  lo expresado al respecto por el papa Francisco, obtenemos los significados siguientes:                 

 En primer lugar:  “Una vida profesional inspirada en valores frecuentemente pone en conflicto nuestra adecuación a la realidad. Decidir con base en los valores personales y de empresa facilita efectuar una resolución más equilibrada y justa del conflicto o de la crisis”.

En segundo lugar:  “Conviene no preocuparse tanto por el futuro y las consecuencias que éste tendrá  porque los resultados están en las manos de Dios, y no de los hombres”.

En tercer lugar:  “Cuando una empresa se convierte en una familia, a la vez se transforma  en una fuente de enriquecimiento, y eso hay que cuidarlo y alentarlo”.

Y, en cuarto lugar: “Busquemos siempre un sentido más amplio de la vida. Hay que pensar que la vida tiene un sentido más amplio que solo hacer buenos negocios o enriquecernos. La vida se observa bajo una lupa diferente cuando nos preocupamos por los demás”.

Finalmente,   Murguía Pozzi hizo un llamado para que en una época tan compleja como la nuestra, afectada  por la COVID-19, externemos ese liderazgo que genera confianza, esperanza, inspiración y compromiso. Si se consigue infundir eso, descubriremos que las personas inquietas se mueven sin balón;  de lo contrario, cuando el miedo se apodera de la empresa, se pierde la esperanza y posteriormente la batalla.

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