Nuevos datos revelados por New York Life apuntan que solo 35 por ciento de las mujeres está segura de que la pensión acumulada cubrirá sus necesidades básicas durante los años que vivan una vez que estén en condición de retiro; mientras que 53 por ciento de los hombres considera que los recursos que forman parte de su jubilación serán suficientes para costear los años crepusculares, lo que demuestra la disparidad existente entre géneros frente a la vejez.
Así lo establece una encuesta de la aseguradora desarrollada en Estados Unidos que señala que el género no solo afecta los sentimientos de una persona sobre sus finanzas, sino que el estado civil también juega un papel en la formación de creencias sobre el panorama financiero y añade que a su vez desempeña un papel especialmente poderoso cuando se trata de planificar el futuro.
Además, indica que las mujeres solteras son las que tienen menos confianza en su perspectiva de jubilación (30 por ciento) en comparación con los hombres solteros (47 por ciento).
El reporte destaca que si bien todas se sienten inseguras sobre el futuro, para muchas mujeres existen factores adicionales que contribuyen a la sensación de no estar preparadas para enfrentar los desafíos financieros de la jubilación. Para ellas, las demandas de la familia y el lugar de trabajo, así como las realidades médicas, subrayan la importancia de una planificación de la jubilación reflexiva y deliberada que se adapte a sus necesidades.
Al respecto, Dylan Huang, vicepresidente senior y director de Anualidades Minoristas de NYL, indica que hay algunos factores que afectan la preparación para la jubilación de las mujeres que podrían afectar cómo se sienten en esa fase de sus vidas. Y mientras se preparan para esta etapa, describe los desafíos únicos que enfrentan:
El cuidado afecta las oportunidades profesionales
Por lo general, son las mujeres (61 por ciento) quienes desempeñan el papel de cuidadoras de un padre u otro miembro de la familia con más frecuencia que los hombres, según un estudio reciente de AARP (organización estadounidense que atiende las necesidades e intereses de las personas mayores de 50 años). Dicha situación, además de afectarla emocionalmente, también incide en su carrera debido a la necesidad de modificar los horarios de trabajo o tomarse un tiempo libre.
De hecho, más de la mitad de los cuidadores que trabajan necesitan reducir las horas, trabajar diferentes horarios y tomar una licencia (remunerada o no). Esto significa que la trayectoria profesional y el potencial de ingresos de una persona pueden verse significativamente afectados por la responsabilidad de brindar atención a un ser querido; y reduce la elegibilidad de las mujeres para los beneficios del Seguro Social.
Brecha salarial de género y brecha de riqueza para la jubilación
Según el Instituto Nacional de Seguridad para la Jubilación, las mujeres de 65 años o más tenían un ingreso promedio 25 por ciento inferior al ingreso promedio de los hombres de ese rango de edad. Los salarios más bajos se traducen en que las mujeres tengan menos dinero para ahorrar para su jubilación, especialmente cuando observa el diferencial de ganancias a largo plazo. Además, menos mujeres (68 por ciento) tienen un plan de jubilación o uno similar a los hombres (81 por ciento), lo que las coloca en desventaja para cultivar sus ahorros.
Longevidad de las mujeres y sus consecuencias en los ingresos de jubilación
Con base en la expectativa de vida actual, muchos estadounidenses deberán estar adecuadamente preparados para financiar una jubilación que podría durar décadas. La esperanza de vida promedio para las mujeres es de 85 años, lo que significa que muchas de ellas necesitarán suficientes ingresos de jubilación para cubrir sus gastos de vida durante 20 o incluso 30 años o más después del retiro.
Un componente clave de esos costos es el gasto en atención médica. En tal sentido, debido a su mayor esperanza de vida, es probable que un mayor porcentaje de mujeres de 65 años o más necesiten cuidados a largo plazo. Además, para una mujer casada que sobrevive a su cónyuge, existe una gran posibilidad de que experimente un agotamiento de los activos a lo largo del tiempo, cubriendo los costos con una reducción de los ahorros. Esa carga será particularmente onerosa si la atención al final de la vida de una pareja ha ejercido presión sobre los activos de jubilación.