Nuestras acciones nos revelan

genuario@elasegurador.com.mx
@GenuarioRojas
Vivir seguros
Por: Genuario Rojas

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Aunque se dice que establecer un propósito definido y definitivo es el punto de partida de todo logro, es la acción lo que determina alcanzarlo. Así, no sorprende entonces la advertencia que nos hace James Clear: “Tus acciones revelan cuánto deseas algo”.

Con toda claridad, Clear apunta: “Si afirmas que algo es una prioridad, pero nunca actúas en consecuencia, entonces significa que no lo quieres realmente”. Si esta es la  situación, añade, Clear, es el momento de tener una conversación honesta con uno mismo, ya que las acciones que realizamos revelan las verdaderas motivaciones.

James Clear es autor de “Hábitos atómicos”, obra editada por la editorial Paidós,  que constituye, de hecho, y así lo señala en portada, “un método sencillo y comprobado para desarrollar buenos hábitos y eliminar los malos”.

El recorrido que el escritor realiza por cuatro factores críticos incluye introducciones inspiradoras que terminan por recalcar un hecho: una vez fijadas las metas, propósitos, objetivos, hay que olvidarlas y enfocarnos en los sistemas.

Se trata de poner el foco en las acciones. Los resultados que alcanzamos poco tienen  que ver con las metas que nos ponemos y mucho con los sistemas que seguimos para alcanzarlos.

Pequeñas cosas hechas un día sí y el otro también son las que construyen los sueños que nos forjamos. Es lo habitual lo que nos lleva hacia el destino que nos labramos. Lo que creemos ser determina, en gran medida, la facilidad o dificultad para desarrollar y mantener un hábito.

No parece haber motivo de duda respecto de lo que afirma, cuando apunta que entre las personas que se formulan las mismas metas, hay perdedores y hay ganadores y que esto obedece a la forma en la que las personas actuamos.

Es decir, hay hábitos ganadores y hay hábitos que conducen a perder. La diferencia estriba en qué se sostienen unos y otros. 

Y no es el tiempo que nos crea el hábito, sino las veces que uno ejecuta determinada acción durante un tiempo determinado lo que provoca que nosotros actuemos luego de forma natural, ya sin pensar en lo que estamos haciendo, aunque llama a no dejar de pensar para lograr la mejoría que deseamos en aquello que hacemos.

Los hábitos ganadores derivan del gran nivel de sistematización que alcancemos; del detalle al que llevemos los procesos, puesto que una mejora, incluso cuántica, deriva del dominio de esas pequeñas cosas que por lo general dejamos de lado.

Ya desde los principios fundamentales que plantea al inicio de su obra, Clear comparte cómo al aplicarse el método con British Cycling se puede impactar en el sistema, yendo a detalles por lo general menospreciados. 

Y ejemplifica , el ciclismo británico  desde 1908 sólo había ganado una medalla olímpica.  Bastaron cinco años de trabajo para que el primer ciclista ganara el Tour de Francia. Luego otro compañero de equipo la conquistó también, repitiendo el triunfo en 2015, 2016 y 2017, obteniendo cinco victorias en el Tour de Francia en seis años.

Más aún, de 2007 a 2017 los ciclistas británicos ganaron 178 campeonatos mundiales y 66 medallas de oro olímpicas y paralímpicas.

De ahí que cierre esa historia con dos preguntas:

1.   ¿Cómo es posible que una serie de pequeñas mejoras logren acumular, en conjunto, unos resultados tan destacados?

2.   ¿Cómo puedes replicar esta estrategia en tu propia vida?

Si nuestra idea es mejorar los resultados personales o de los equipos: trátese de una empresa, de una promotoría, etcétera, vale la pena considerar las ideas de James Clear, quien por cierto, llama a entender que nuestros hábitos actúan de manera acumulativa en  favor o en  contra.

Es un hecho que ganadores y perdedores comparten determinadas metas y que nosotros confundimos el éxito con la supervivencia. Nos conformamos, incluso, con mantenernos en una zona de confort.

A veces el enemigo está en nosotros que guiamos a otras personas al éxito, o decimos hacerlo. Nos cerramos a prácticas que aparentemente no tienen ningún efecto inmediato, renunciando al impacto que suelen tener las pequeñas cosas en el largo plazo.

Pequeñas cosas nos traicionan.

No obstante, Clear nos enseña cómo caminar por cuatro factores: las señales, los anhelos, las respuestas y las recompensas.

¿Acaso no nos ha pasado que vemos alguna señal en nuestro entorno, luego lo anhelamos, después respondemos y al final alcanzamos una recompensa?

El autor teje, sobre estos cuatro conceptos, una serie de sugerencias prácticas no sólo para responder a las señales de manera correcta, sino que establece los caminos para generar el ambiente propicio que nos facilite una práctica que se convierta en lo habitual.

Un ejemplo súper sencillo: yo solía tomar con frecuencia la guitarra que estaba ahí, a la mano, y acompañarme con ella para cantar una canción. Luego, no recuerdo cuándo, la dejé dentro de su estuche; después la puse en otro lugar… ¿Resultado? Dejé de tocarla.

Ahora, si quiero tocar la guitarra con la constancia de antes, entiendo que debo tenerla en la sala, fuera de su estuche, a la mano, pues de lo que se trata es de construirse ambientes que propicien el seguimiento relativamente fácil de crear un hábito.

Una revisión mínima de nuestro ambiente laboral, familiar, personal, podría conducirnos a crear un entorno que nos ayude a generar hábitos…, aunque también funciona si lo que deseamos es eliminar o reducir algunos hábitos.

En fin, que es un libro con un contenido para ser aprendido…, y aplicado.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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