El panorama económico que presenta México en la actualidad está enrarecido; por esa razón sería recomendable que el sector afianzador esté alerta y planee con cautela su estrategia en el corto plazo, de manera que, si se agrava la situación financiera y eventualidades como una crisis económica o una devaluación monetaria se cristalizan, dichos acontecimientos no se traduzcan en pérdidas graves para esta industria.
Así lo expresó Pedro Aguilar Beltrán, exvicepresidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el marco de la presentación del libro Fundamentos de primas y reservas de fianzas y seguros de Caución: enfoque de Solvencia II, del cual es coautor junto con Juliana Gudiño Antillón, académica investigadora del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Aguilar Beltrán indicó que, a pesar de que dicho escenario (crisis financiera) es poco probable, no tendría que subestimarse; por lo tanto, añadió, los administradores de riesgos del sistema de garantías deben desarrollar estrategias que permitan sortear una posible recesión económica en el país.
“No se debe perder de vista la disminución en las ventas, pero el verdadero riesgo al que se enfrenta el sector afianzador estriba en que este panorama se convierta en algo más grave, como podría ser un efecto sistémico; es decir, una crisis financiera o devaluación de la moneda, ya que en ese caso sobrevendría una catástrofe para la industria de las garantías”, abundó el actuario.
En ese sentido, el exvicepresidente de la CNSF resaltó que existen pocas formas para prevenir una crisis de esa magnitud y que el reaseguro es el instrumento tradicional para enfrentarla. También especificó que durante todo momento las compañías del sector afianzador deben evaluar las contragarantías para determinar las posibles pérdidas frente a un escenario financiero adverso.
“Para este tipo de situaciones se debe activar la cobertura de excesos de pérdida durante el cúmulo de reclamaciones que puedan producirse; pero, en el caso de que dicha cobertura no esté disponible, se tiene que ver de qué manera una compañía en los tiempos buenos puede ir acumulando recursos y buscando la manera de crear una reserva especial para hacer frente a eventos de esta naturaleza”, argumentó el académico de la UNAM.
Por su parte, la actuaria Juliana Gudiño Antillón subrayó que en la actualidad las afianzadoras y aseguradoras de Caución con operación en México acusan un rezago ligero en cuanto a las mejores prácticas de administración de riesgos, por lo que un enfoque mayor en el tema les ayudaría a estimar de mejor forma los riesgos a los que se enfrentan.
“Hoy en día todavía se usan prácticas tradicionales del seguro de Daños; aunque también hay que decir que esto ha ido evolucionando desde 1997, cuando el regulador cambió y transformó la tecnificación de la fianza; sin embargo, aún se emplean prácticas que podrían mejorarse y adaptarse, de modo que la estimación del riesgo sea mucho más eficaz”, dijo Gudiño Antillón para finalizar.