Para vivir

@arcique
Visión empresarial
Por: Miguel Ángel Arcique Calderón

Por: Miguel Ángel Arcique Calderón

Se adelanta ahora en el camino un grande de la música para muchos de nosotros en las generaciones arriba de los 40. Pero también para más jóvenes y mayores la figura y las canciones de Pablo Milanés seguirán transportándonos a lugares comunes y vivencias pasadas, de tiempos confusos, de revoluciones y pensamientos controvertidos.

Curiosamente, esta noticia se entrevera con los ejercicios de planeación que suelo conducir para los agentes y promotores del sector, e inevitablemente está enmarcada en la filosofía memento mori (recuerda que vas a morir), que tuve el gusto de dar a conocer el 2 de noviembre a los que me habían preguntado y comentado sobre mi experiencia y manejo del diagnóstico de cáncer que llevo desde hace algunos años.

Vamos subidos en el tren de la muerte que pasa por la vida, decía Facundo Cabral en sus escritos y canciones, y con ello transitamos por “estaciones”, como él solía llamarlas, en las que, conociendo temas como el amor, la fama, el encuentro y la ignorancia, entre otras, por fin siempre se llega al destino final.

La muerte de los amigos es algo a lo que uno se comienza a familiarizar a cierta edad. En mi caso muy particular, por haber comenzado mi carrera profesional a los 15 años y por que la mayoría de mis amigos me llevaban una distancia de 10 o 20 años de ventaja. Por eso me resulta familiar comenzar a despedirlos de este plano terrenal.

Por no decir que con fenómenos como la covid y la larga lista de enfermedades que supuestamente se empezarán a erradicar o combatir con más tecnología en los años venideros, al menos hoy nos arrebatan a varios familiares y amigos.

Sea, pues, esta reminiscencia de sus títulos un breve análisis de la importancia de la planeación y un sentido homenaje a su presencia viva.

De qué callada manera 

Se me acerca usted sonriendo, como si fuera la primavera, y yo muriendo.

Así suena esta melodía en la que figurativamente Pablo nos dejaba aún en la juventud y la llegada de los amores y las ilusiones de estos tiempos. La palabra morir tenía entonces otro sentido, uno parecido a la palabra pasión, que en esencia significa “sufrimiento” y que es un referente de mucho de lo que pasa en nuestra adolescencia y juventud al encontrar siempre nuevos caminos, nuevas rutas, nuevas ilusiones.

En la planeación anual se repite cíclicamente el rito de los buenos deseos de ser mejores, de bajar de peso, de cuidar la salud, de alejar los vicios y de trabajar más ordenada y eficazmente en pro de un mejor desempeño y resultados.

Sí, es posible siempre tener sueños y trabajar más y mejor. No obstante, no hay que olvidar que las metas, los objetivos y sueños que usualmente es útil que vengan entrelazados, también hay que pasarlos por el tamiz de la pregunta principal que hago a todos mis asesorados en los procesos de inspiración y orden empresarial y que es: ¿qué quieres tú? 

Ya que, como dice una gran promotora en nuestro país, “en mi promotoría hay muchos campeones, no porque vendan mucho o más que los demás ni porque ganen lugares, consejos o convenciones, sino porque al inicio o antes de iniciar un año deciden y definen lo que quieren lograr, y con trabajo duro y seguimiento mensual al final del año usualmente lo logran… Eso es un campeón”. 

Y de qué callada manera tantos de esos miles de agentes que no vemos en los standings y convenciones son también quienes, con su esfuerzo y trabajo planeado, dan la cara por los modelos de premiación actuales, por esos otros “privilegiados” que se perciben únicos y diferentes por haber alcanzado metas increíbles e impresionantes para demostrar y demostrarse de lo que son capaces.

Recuerda que ser campeón es definir lo que deseas y lograrlo. No caigas en juegos perversos que te mantienen presionado y atado, para luego descubrir, algunas veces ya muy tarde, que lo mejor (como dice una gran agente y amiga en su conferencia) es ser el campeón de tu propia vida.

El tiempo pasa 

Nos vamos poniendo viejos, y el amor no lo reflejo como ayer.

Sí, efectivamente, los años pasan, y es importante prever el paso de la manufactura a la mentefactura, es decir, usar nuestro intelecto y estrategias más allá de la fuerza bruta y el trabajo incesante.

Si bien es cierto que muchos coinciden en que el éxito es más por transpiración que por inspiración, los que vamos dejando atrás los años podemos planear hacer más y mejores estrategias basadas en la experiencia, las relaciones personales y los nuevos modelos de ventas y tecnología para aprovechar y hacer crecer nuestra empresa preparándola para nuestra trascendencia física y, aún más retador, para que funcione sin nosotros, aun estando en vida.

Preparémonos año con año para echar a andar estrategias que además forjen un ahorro y patrimonio del cual echar mano en nuestras edades futuras, ya que resulta preocupante conocer cuántos de los agentes y promotores, que además paradójicamente promueven los planes de ahorro y retiro, no cuentan con un capital invertido para su sustento en los años por venir.

Aún es tiempo, recuérdalo, de pasar de la manufactura a la mentefactura.

Cuánto gané… cuánto perdí 

Cuánto de niño pedí, cuánto de grande logré, qué es lo que me ha hecho feliz, qué cosas me han de doler.

Al final de este viaje en la vida queda un recuerdo invitando a vivir, dijo Silvio Rodríguez, y se cumple al hacer el recuento de muchos que se han adelantado en estos meses recientes, desafortunadamente más de los que aquí podríamos mencionar por escrito pero a quienes he podido escribir algo en mis redes sociales.

“Planea tu vida como si fueras a vivir 100 años, pero disfruta el día como si fuera el último de tu vida”.

Hoy más que nunca, esta frase, desde hace más de 30 años presente en mis talleres, cursos y conferencias de planeación, se hace válida y presente para considerar vivir con todo ánimo y emoción este 2023 por venir.

¿Listos para un gran cierre del año y sembrando ya las estrategias para el 2023 y en la ruta al 2030?

Hagámoslo con fe y convicción… para vivir.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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