Aunque la vida se ve diferente hoy en comparación con el 2020 y es posible que las cosas nunca vuelvan a la normalidad prepandémica, lo cierto es que un año después del inicio de la COVID-19 ya se observan destellos prometedores en lo que se refiere a la administración adecuada de los riesgos. Por ello, la población asume en la actualidad la responsabilidad de planificar su futuro financiero con optimismo y en cooperación con los agentes de seguros.
En concreto, si la pandemia ha demostrado algo, es que nada es seguro y que estar preparado es importante. De ahí que comprender las prioridades financieras puede marcar una diferencia sustancial en el futuro para brindar protección en caso de que surjan circunstancias desafiantes. Al definir y trabajar para alcanzar metas, con la ayuda de un asesor de confianza, la población puede alcanzar un nivel de estabilidad y tranquilidad que le permitirá soportar lo que se avecina.
Así lo revela la aseguradora estadounidense New York Life, que destaca que 2020 fue un año que puso de manifiesto la desigualdad en todas las facetas de la sociedad y evidenció la igualdad de acceso a las herramientas financieras, independientemente de la edad, el género o la etnia.
Como parte de un esfuerzo por comprender los objetivos financieros, la preparación y los sentimientos de la población sobre su capacidad para crear futuros financieros seguros, New York Life lanzó recientemente el New York Life Wealth Watch, una encuesta recurrente que proporciona un pulso en tiempo real sobre el estado de las finanzas en Estados Unidos.
El sondeo señala que en marzo de 2020, en medio de pérdidas de empleo, cambios en el mercado de valores y estilos de vida cambiantes, los estadounidenses sintieron incertidumbre con respecto a sus finanzas. Sin embargo, un año después, las cosas se han estabilizado y dicha población tiene más confianza en su capacidad para pagar sus facturas mensuales (73 por ciento de confianza en marzo de 2021 frente a 53 por ciento en marzo de 2020). De los adultos que informaron metas financieras a corto plazo, como pagar unas vacaciones o cancelar la deuda de la tarjeta de crédito, 66 y 62 por ciento, respectivamente, ahora se sienten confiados en su capacidad para alcanzar los objetivos descritos.
En otros datos relevantes, el estudio de New York Life establece que la confianza en los ahorros para la jubilación, que era pequeña antes de la pandemia, sigue siendo baja un año después, y la mayoría de los estadounidenses (52 por ciento) tiene poca o ninguna confianza de que sus ahorros sean suficientes para enfrentar el retiro.
Millennials, listos para tomar el control de su futuro
Si bien la incertidumbre financiera provocada por la pandemia ha afectado a todos los grupos de edad, el interés de los millennials en buscar orientación de un profesional financiero los distingue de otras cohortes generacionales. Un 40 por ciento de ellos indicó que la COVID-19 los ha hecho más propensos a buscar ayuda de un asesor para actualizar sus estrategias financieras, indica el estudio.
En general, amplía el diagnóstico, los millennials reportan niveles de confianza ligeramente más altos que el adulto promedio en su capacidad para cumplir con los objetivos a largo plazo, incluido el pago de deudas estudiantiles, facturas de tarjetas de crédito, deudas médicas, financiamiento de automóviles y otros préstamos personales. Curiosamente, los miembros de esta generación también tienen el doble de probabilidades que el adulto promedio de ahorrar para comenzar sus propios negocios en un futuro cercano (18 por ciento frente a 9 por ciento).
Por último, New York Life refiere que quizás más que cualquier otra generación, los millennials pueden estar listos y dispuestos a hacer valer el control sobre sus objetivos financieros a corto y largo plazo. Por ende, concluye, resulta fundamental desarrollar en el seno del sector asegurador estrategias que ayuden a dicho grupo etario a lograr objetivos patrimoniales.