Rafael Rebollar, una vida dedicada a seguros

El Asegurador

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Por: César Rojas

@pea_crojas

En la actualidad, las carreras dentro del sector asegurador son menos largas que antes, y las que se desarrollan en una temporalidad más extensa pasan por una serie de puestos que llevan a un aprendizaje muy completo de la industria. En el caso de Rafael Rebollar, quien ha sido conocido recientemente por su aportación en el área de marketing, su vida ha recorrido diversos puestos y países, y ha acumulado 25 años de experiencia en este sector.

La vida de Rafael Rebollar en seguros se dio de manera muy natural. Su padre fue socio de Asesores Kennedy –ahora AON- y desde muy joven comenzó a llevarlo a trabajar. El gen asegurador creció tanto en él como en dos de sus hermanos: Gerardo, que está ahora en Reasinter, y Andrés, quien es responsable de la zona sur de Marsh. “El mayor de mis hermanos es el que se resistió y ahora es un abogado especializado en derechos de autor, especialmente de artistas”, cuenta Rebollar en entrevista para El Asegurador.

El primer contacto formal que Rafael tuvo con la industria aseguradora fue en Afianzadora Insurgentes, a los 19 años, cuando entró al área de Recursos Humanos como auxiliar, desde donde fue subiendo, hasta llegar, en 1993, a gerente de una sucursal. “En ese tiempo estaba a punto de terminar la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Iberoamericana, y ya estaba como responsable de la oficina de Bosques de las Lomas, cuando vi en un periódico que Seguros Tepeyac estaba promoviendo una beca para estudiar la carrera de Seguros en Madrid; así que metí mis papeles, pasé por todo un proceso y fui seleccionado”.

De 1992 a 1998, la vida de Rafael transcurrió en Madrid y desde entonces estuvo ligada a Mapfre. “Me pagaban la carrera y me daban algo para mantenerme allá. En ese tiempo conocí a Primitivo de Vega, uno de los impulsores de estas becas, quien tenía un proyecto de enviar a un par de mexicanos cada año a prepararse para contribuir con el crecimiento y la profesionalización de la industria. La idea era muy buena, pero las cosas fueron cambiando; y, al final, Rosa Carvajal y yo fuimos los únicos que pudimos aprovechar esa oportunidad”.

Después de terminar la carrera en España, le dieron la opción de hacer prácticas en una aseguradora con base en Miami, Florida, lo cual aprovechó mientras terminaba de titularse. “Una vez que terminé, la vida me llevó a Sidney a conocer el mercado asegurador por tres meses, y ya que tenía mi título decidí regresar a México. Ninguna de las partes tenía un compromiso u obligación, pero Seguros Tepeyac ofreció contratarme, y yo acepté”.

Entró como gerente del SUVA para Seguros Tepeyac. En ese entonces existía la propuesta del Seguro Único de Vehículos Automotores, con el objetivo de abrir puntos de venta, pues se suponía que el seguro obligatorio iba a demandar muchos puntos de contacto para la distribución. “Ahí me tocó colocar puntos de venta en la Central de Abasto, gasolineras, centros comerciales, tiendas de conveniencia, hacer relaciones con ese tipo de empresas y canales”.

Sin embargo, a la llegada de Cuauhtémoc Cárdenas al Gobierno del entonces Distrito Federal se decide que no habría multa en caso de no tener seguro obligatorio, y el proyecto entero de la industria se cae, y los particulares por empresa también. Rafael entonces comienza a trabajar en la relación de Tepeyac con Santander, en la elaboración del primer proyecto de venta de seguros a través de banca, hoy ya totalmente consolidado.

“Comenzamos a vender pólizas en sucursales bancarias y nos fue muy bien con esa alianza, a la que se sumó General Motors con seguros vinculados a créditos automotrices. De ahí derivó en áreas de venta masiva, de bancaseguros; así que mi vida se ha dedicado siempre a eso: abrir canales de distribución, incluido el e-commerce, y a la fecha funciona así”.

Con la experiencia en Automóviles, se especializó en la parte comercial, impulsando a la red de agentes con campañas, incentivos, capacitación y todo lo necesario para incrementar las ventas. Después pasó por el área de Siniestros, desde la cabina de ajuste hasta la parte de asistencia.

“En ese momento es cuando regreso a España para colaborar con Mapfre Asistencia, como subdirector regional para Europa, encargado de hacer alianzas con diferentes canales para incorporar asistencia en diferentes países. Me enviaron a Bogotá para ser subgerente general de Andi Asistencia, compañía de Mapfre”.

Cuando termina esta etapa, Rafael decide hacer una pausa y se va a Puerto Vallarta a poner un restaurante, experiencia que le dejó muchísimo aprendizaje. “Si me preguntas, financieramente me fue fatal –señala entre risas-, pero se aprende mucho. Te enseñan en la escuela finanzas, marketing, recursos humanos y todo, pero hasta que lo vives en un negocio tuyo realmente no aprendes. No era mi momento ni mi giro, pero no me quedé con las ganas”.

En ese momento le ofrecen irse a INDRA, en España, que estaba abriendo su área de Seguros y tenía planes de expansión a América. “De entre todas las ofertas, ya con una muy en firme, se me hizo decente avisar en mi anterior empresa que estaba reincorporándome al sector, y me dijeron: ‘Tú eres de la casa; si regresas, va a ser aquí’”.

En su “segundo aire”, además de las áreas en las que ya tenía experiencia se dedicó a Daños en Líneas Personales, seguros de Hogar, para Pymes, como responsable desde la parte técnica hasta las ventas, operaciones y siniestros. “Era algo difícil porque sabemos que nadie ha conseguido penetrar en este tipo de seguros. Estuve un par de años, con resultados positivos, pero decidimos juntos emprender algo nuevo, y fue cuando finalmente en los últimos cinco años me dediqué a la parte de la mercadotecnia, innovación, relaciones públicas, publicidad, eventos, patrocinios, relaciones institucionales y otras actividades dedicadas a fortalecer la marca.

“Pero yo creo que hoy por hoy, después de todo ese pasaje en mi carrera, aún hay mucho que hacer en la industria en temas de marketing, con clientes, y los principales desafíos son nuestras propias estructuras y nuestras propias normativas. No hablo por una empresa, yo creo que eso se comparte en todo el sector. Aprovechar las nuevas tecnologías, las nuevas bondades que se tienen a la mano y que están un poco frenadas por todos esos requisitos, que hay que cumplir, evidentemente, pero debemos encontrar la forma de coexistir para poder aprovechar el momento que estamos atravesando”.

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