La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), informó hoy, que los indicadores principales compuestos (CLI, por sus siglas en inglés) de marzo de 2020 registraron la mayor caída en la mayoría de las principales economías, en línea con el considerable choque económico causado por la pandemia de COVID-19 y su impacto inmediato en la producción, el consumo y la confianza a raíz de las medidas de cierre.
En un comunicado difundido por el organismo, se detalla que en los próximos meses, se necesitará cuidado al interpretar la CLI.
- En primer lugar, con una considerable incertidumbre sobre la duración de las medidas de bloqueo, la capacidad de los indicadores principales para predecir movimientos futuros en el ciclo económico se ha visto severamente restringida: las estimaciones actuales de la CLI pueden proporcionar señales significativas sobre los movimientos actuales en la actividad y, por lo tanto, deben considerarse coincidentes en lugar de iniciales.
- En segundo lugar, como siempre, la magnitud de la disminución de CLI no debe considerarse como una medida del grado de contracción de la actividad económica, sino que debe verse como una indicación de la fuerza de la señal de que las economías han entrado en una fase de contracción. . A modo de comparación, la señal es más fuerte ahora que en el momento de la crisis financiera.
- En tercer lugar, los CLI aún no son capaces de anticipar el final de la desaceleración, especialmente porque aún no está claro cuánto tiempo, o incluso las severas medidas de bloqueo probablemente sean. Sin embargo, a medida que la situación se estabilice, incluso con un bloqueo más prolongado, la CLI comenzará a recuperar su capacidad de predecir a medida que las empresas y los consumidores comiencen a adaptarse a nuevas realidades (incluso a corto plazo), especialmente a medida que los gobiernos comiencen a formular y proporcionar señales sobre estrategias a más largo plazo, más allá de las medidas iniciales inmediatas que han tenido que imponer.