Sector, a remojar las barbas, y un monumento a la ignorancia

Charlemos seguros

El asegurador

¡A REMOJAR LAS BARBAS!  Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, echa las tuyas a remojar,  dice el refrán… O lo que es lo mismo: cuando a un similar tuyo le lleguen ataques, desgracias o agresiones de cualquier índole, ve preparándote,  no sea que vayas a correr la misma suerte.

EL TEMA EMPEZÓ POR LOS BANQUEROS. Que dicen los “expertos” del Legislativo   —empezó uno y lo siguieron varios— que los bancos deben eliminar el cobro de comisiones  (ésa fue la primera y categórica afirmación del “experto” Monreal). Acto seguido, la bolsa se desplomó, perdiéndose más de 100,000 millones de pesos, según informaron los afectados, principalmente los bancos. El dólar, por su parte,  a la fecha ha reportado una pérdida de 15 por ciento, todo por la gracejada del “experto en finanzas”.

DE INMEDIATO, TAMBIÉN  el ciudadano todavía común y sin investidura de poder hizo declaraciones tales que el “experto” reaccionó, primero reforzando su vociferante postura;  y días después, dándose cuenta del desastre financiero provocado por su sabia e informada declaración, suavizó un poco y decidió —como quien perdona una vida—   que aceptaría establecer un diálogo con la banca “para revisar” los esquemas de cobro de servicios que las instituciones realizan a sus usuarios. Pactado está el diálogo y acaecerá  aparentemente antes de terminar el año

LOS ARGUMENTOS, basados en toda clase de dichos y sentires urbanos y cero datos duros, se relacionaban con afirmaciones sobre cosas como “las monumentales, irresponsables e insultantes ganancias de los banqueros”; “su ambición desmedida”;  “la desproporción de tales cargos”; “si ya son ricos, podrían serlo un poco menos”. Como quien dice, es muy bonito el encaje, pero no tan ancho. Y todavía se agregaba: “Que no se les olvide que son una actividad concesionada por el Estado”.

ASÍ LAS COSAS, Y CON LAS AGUAS un poco más calmadas, salió apenas hace unos días otro especialista a declarar, pero ahora en contra de las afores.  El tipo, también un “experto financiero” integrante del Legislativo, determinó que se deben estatizar o expropiar esas instituciones administradoras de los fondos de retiro.

AL ALUDIDO, para más señas de apellido Sandoval, habría primero que aplicarle un examen de ésos  de la primaria que se estilan para la evaluación de conocimiento de los niños en esa etapa escolar. Por su manera de hablar, se adivina que es de los que creen  que la “sin-taxis” es CDMX cuando llueve. No ata cuatro oraciones completas de manera correcta, y dudo mucho que sepa calcular una pregunta simple de eso que se llamaba “razones y proporciones” o, vamos, de determinar de una cuenta total cuánto es precio y cuánto  es IVA.

ESE “EXPERTO” lanzó una iniciativa para que las afores  sean manejadas por el Gobierno. Su argumento: que son puras inversiones de riesgo y que eso perjudica a los ahorradores; y que, como suelen argumentar estos parlanchines   —lo digo porque su labor es parlamentaria, pa’ que no se ofendan—, son “otros” los que se enriquecen con el dinero de los obreros. Touché directo al corazón. Es el tipo de discurso que aplauden  todos los que se sienten víctimas de abuso por parte de “los ricos” sin que se entienda ni de qué se está hablando. Me quiero imaginar que, si el legislador se somete al examen de los “intermediarios” de afores,  lo pasa con 10 ( pero sobre 1000). Y en memoria tampoco tendría buenas notas: no creo que se acuerde del manejo de las pensiones que se dio en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

EL ASUNTO SE ACELERA PELIGROSAMENTE. Vamos a ver.  ¿Sector?: financiero; ¿dinero?: el de los afiliados, clientes, abonados o como   se los quiera llamar; ¿función?: administrar esos dineros para obtener un resultado esperado y ofrecido al cumplirse las condiciones contractuales de cada caso; ¿mercado?:  abierto a la libre competencia; ¿tarea principal?: atraer a la mayor cantidad posible de los integrantes del mercado.

¿A QUÉ SE PARECE LO ANTERIOR? ¡Adivinó! Se parece a los seguros.

YA SE DIO UN PRIMER GOLPE al sector. Eliminar los seguros a legisladores y a empleados federales, tanto los de Gastos Médicos como los de Retiro Voluntario; ya quedamos en que lo primero se entiende;  pero lo segundo es absurdo (véase A Riesgo Propio de hace tres meses), pues se perderán miles de millones de pesos que contribuyen al ahorro nacional mediante el esquema reglamentario de inversión de reservas, y  miles de personas se quedarán de un día para otro desprotegidas, sin que a los legisladores les importe la cuestión.

DE MODO QUE NO FALTARÁ QUIEN, con argumentos sobre lo millonarias  que pueden ser o no las aseguradoras, porque en su infinita ignorancia crea que las primas y reservas son de ellas,  alegará que hay que bajar las primas o de plano las comisiones por intermediación, ya que son irrespetuosas y groseras. Imagínese usted que algún legislador salga con esas frescas… Habrá, sin duda,  como en los otros casos, aplaudidores de la ignorancia que apoyarán las locuras de cualquiera que suene a su marca política (sí, dije marca, y no partido:  cada una de esas agrupaciones “democráticas” son un negociazo para sus dirigentes y militantes). Ya verán ellos qué alegan, pero muy probablemente no pasará  un año sin que se les ocurra a ver a quien más molestingan. ¡A remojar las barbas!

TODO EL ASUNTO ANTERIOR presenta varios problemas. Para el sector financiero en su conjunto, es momento de reflexionar si han venido haciendo las cosas bien y correctamente;  para los legisladores, llegó la hora de reflexionar a su vez si tienen la capacidad y la sensibilidad suficiente para darse cuenta del alcance catastrófico que pueden tener sus encendidas declaraciones e iniciativas (fundadas o no), o si la defensa de sus empresas (partidos) les da permiso de ser insolentes, insensibles y divisores de una sociedad cada vez más polarizada  gracias a ellos (división que antes se llamaba disolución social, que más de un “izquierdista” vigente pugnó por eliminar   como delito; y hoy lloran escandalizados porque la sociedad se disuelve).

EL OTRO PROBLEMA   lo tenemos los mexicanos sin registro partidario o en organizaciones con nombres de guerrilleros y otros personajes “de gran valor social”, los que simplemente trabajamos y pagamos impuestos para mantener a nuestros ya inminentes verdugos. La pregunta es: ¿hacia dónde apunta el futuro?

EN FIN, habrá que conseguir un presupuesto para hacer un monumento a la ignorancia; así, general, como los que hay para multitudes anónimas, como el de Los caídos,  El soldado desconocido y demás romanticismos, pero ahora premiando a la caterva de tipos que por estar en sus cinco minutos de fama y poder despedazan el tejido social…, pero logan leyes imbéciles.

DIFÍCIL PARA EL jurado que quiera elegir  a un ganador del monumento: pululan candidatos por San Lázaro y en la Tabacalera.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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