Derivado de la pandemia, la salud física y mental de la mayoría de la población ha empeorado, pues cada vez son más las personas que tienen problemas para dormir, están cansados o han aumentado de peso, lo que ha llevado a que diversas enfermedades hayan quedado sin tratar y sin diagnosticar. En consecuencia, el resultado podría ser una “onda de choque sanitaria”, en la cual se sientan los efectos de la COVID-19 después de que la pandemia haya terminado.
Así lo revela la más reciente encuesta Pulse Health Survey 2021 elaborada por Grupo AXA en colaboración con IPSOS en 14 países incluido México, y cuyos resultados se concentran en el estudio denominado Onda de choque: ¿por qué seguimos sintiendo los efectos de la COVID-19 en nuestra salud después de la pandemia?, que destaca además que los cierres de emergencia han incrementado el estrés y la ansiedad en la población; y revela, asimismo, que las mujeres están entre los grupos más vulnerables.
Otro de los hallazgos del sondeo revela que el miedo al contagio del virus SARS-CoV-2 limitó las visitas de los pacientes a los médicos y especialistas. Un 45 por ciento de los participantes dijo haber renunciado al menos a algunos cuidados, tratamientos o visitas al médico; y un 14 por ciento lo hizo por completo. Asimismo, 19 por ciento de los entrevistados reconoció que en este tiempo han preferido automedicarse o recurrir a métodos alternativos para tratarse.
Los resultados de la encuesta detallan que 35 por ciento de las personas con enfermedades crónicas como cáncer, diabetes y padecimientos cardíacos comentó que sus condiciones han empeorado durante la pandemia. Incluso aquellos que no presentaban este tipo de afecciones enfrentan problemas de salud: 29 por ciento de todos los encuestados dijo que ha sufrido más dolores musculares, óseos o articulares desde el comienzo de la pandemia; y uno de cada cinco ha padecido problemas neurológicos.
En el caso de México, la encuesta señala que 30 por ciento de los participantes considera que su salud ha empeorado durante la pandemia de COVID-19; mientras que para 66 por ciento, es buena. En cuanto al tema de prevención, el resultado es alarmante, pues solo 21 por ciento de los encuestados ha considerado realizarse un chequeo médico para conocer el estado de su salud.
“Nuestra encuesta muestra que estamos menos saludables y que no nos estamos ocupando de las enfermedades crónicas que existían antes de la pandemia. También observamos un aumento en los problemas de estrés y ansiedad. Las consecuencias para nuestro organismo podrían surgir por completo en meses, o incluso años después de que termine la pandemia”, sostuvo Daniel Bandle, director general de AXA México.
Sin embargo, Pulse Health Survey 2021 también muestra un cambio de actitud hacia la salud durante esta pandemia. En todo el mundo comienza a mostrarse una responsabilidad más personal por el bienestar propio, ya que las personas empiezan a dedicar más tiempo al monitoreo de su salud. La tendencia hacia una atención médica personalizada y haciendo uso de la tecnología se está acelerando.
La investigación advierte que los efectos de la COVID-19 persistirán y formarán parte del mundo en el futuro. Por tanto, AXA refiere que se deberá aprender de esta situación y avanzar en una cultura de la prevención para estar mejor preparados para los futuros retos. Esto significa que luego de la pandemia, habrá que replantear la forma en la que, juntos, se afrontarán las crisis sanitarias mundiales; y se responderá a las expectativas de la sociedad: tener mayor acceso a la información relacionada con la salud, además de un enfoque más holístico de la salud y el bienestar.
El estudio concluye que la atención actual se centra en desplegar nuevas vacunas contra la COVID-19; sin embargo, considera crucial que de forma paralela y simultánea se reanuden las visitas a médicos, los tratamientos, las pruebas de detección y revisiones; así como poner mayor énfasis en la prevención, sobre todo cuando se trata de enfermedades crónicas.