Urge construir un sistema pensionario más eficiente, dice Ricard Jackson

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  • El presidente de Global Aging Institute llama a enfrentar el desafío de inmediato
  • Es un gran problema para Gobierno y aseguradores, y también oportunidad, indica
  • El tiempo para reaccionar se agota, pues en 2050 habrá más ancianos que niños

Por: Marcos Medina

@MmedinaMarcos

Pese a que incrementar el ingreso per cápita y mejorar el reparto equilibrado de la riqueza en México son prioridades, también la es lograr que el país construya un sistema de pensiones mucho más eficiente, inclusivo y de mayor calidad, de modo que se reduzcan los enormes índices de desigualdad social, ya que un porcentaje alto de la población todavía es joven.

La exhortación anterior es de Richard Jackson, presidente del Global Aging Institute, quien presentó sus reflexiones respecto del tema denominado “Longevidad y salud”, en el marco de las jornadas técnicas que se desahogaron en la 28.ª Convención de Aseguradores de México (CAM), efectuada por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) 8 y 9 de mayo de 2018.

Jackson señaló asimismo que el bono demográfico de México es una realidad, puesto que hace 35 años había 10 veces más niños menores de 15 años que adultos mayores, aunque alertó que dicha tendencia se revertirá, de manera tal que el país estará plagado de ancianos que seguramente vivirán muchos años, pero también sufrirán de enfermedades crónico-degenerativas, mucho más costosas y extensas

“México experimenta un periodo demográfico favorable; no obstante, se tiene que preparar y actuar para la ola gris que se asoma en el horizonte, ya que a mediados del siglo será un país tan viejo como Estados Unidos”, detalló.

El presidente del Global Aging Institute puntualizó que existen dos fuerzas detrás del envejecimiento de la población. En primer lugar, indicó, la fertilidad ha disminuido y, por ello, el número de personas jóvenes se ha reducido drásticamente en los últimos años. Detrás del envejecimiento de la población está asimismo el aumento de la esperanza de vida.

Jackson subrayó que los seres humanos están viviendo más tiempo, y que esto propicia que la cantidad de adultos mayores en la población se salga de control. “Por ejemplo, desde la década de los años cincuenta, la esperanza de vida en México ha subido 25 años”, añadió.

Desde la perspectiva de Jackson, la escasa fertilidad y el incremento en la esperanza de vida abren una ventana de oportunidades para el desarrollo socioeconómico de cualquier nación, puesto que generan que un mayor porcentaje de adultos pueda laborar en un periodo extenso de su vida. Además, este tipo de fenómenos ocasiona que la mujer participe de manera más protagónica en el círculo virtuoso de la economía, ya que el número de niños por cuidar disminuye notablemente. Pese a lo anterior, no todo es miel sobre hojuelas. El especialista en longevidad alertó de que en países como México, en el que la pirámide poblacional se está modificando radicalmente, se necesitan macropolíticas, buena gobernanza, mercados funcionales de capital e inversiones masivas para contrarrestar el envejecimiento de la población.

“Con la tendencia de envejecimiento que presenta este país, es fácil pronosticar que las cargas fiscales se triplicarán hacia 2050; entonces el gasto público en los adultos mayores se multiplicará, las tasas de ahorro decrecerán, y muy probablemente los fondos de inversión mermarán”, advirtió.

No es de la noche a la mañana

Richard Jackson fue enfático al aclarar que si México realmente desea impulsar su crecimiento y contrarrestar los efectos colaterales que se desprenden del envejecimiento de la población, necesita trabajar desde ahora en mejorar el nivel de ahorro pensionario de la gente, de manera que las personas tengan los recursos suficientes para vivir una vejez digna.

“Las canas significan pago; es decir, hay que pagar más por pensiones y emplear mucho más recursos económicos para costear servicios médicos y de atención a largo plazo para los adultos mayores que no pueden valerse por sí mismos”, explicó.

El especialista no negó la ingente dificultad de implementar cambios radicales en lo que respecta al sistema pensionario mexicano; sin embargo, consideró que el Gobierno Federal y la industria aseguradora deben ejecutar una política en conjunto que permita moldear el bono demográfico y controlar los costos.

“También se deben diseñar —continuó Jackson— planes atractivos para incitar a los trabajadores, tanto formales como informales, a elevar la tasa de contribución a un mínimo de 13 por ciento. Y no sólo eso: se debe fomentar la educación financiera”.

El presidente del Global Aging Institute apuntó que México tiene que actuar de inmediato en materia de ahorro y vejez; por lo tanto, instó a aumentar el ahorro voluntario, llamó a introducir incentivos fiscales y exigió un mayor compromiso del Gobierno.

De acuerdo con la opinión de este experto, los retos planteados por el envejecimiento de la población son enormes; sin embargo, especificó que ni el sector privado ni el Gobierno los van a solucionar muy pronto. Recalcó que México debe empezar a hacer cambios profundos en su sistema de pensiones antes de que llegue a enfrentar una crisis interna y una sociedad menos próspera.

A pesar de que reformar el sistema de pensiones resulta complicado, Jackson insistió en que México debe tomar en cuenta que la metamorfosis de su composición demográfica ocasionará un escenario muy diferente al actual. “El cuidado de la salud subirá, porque las enfermedades crónicas serán más costosas que los padecimientos infecciosos; entonces es fácil pronosticar que la demanda de los servicios de cuidado de salud se incrementará si la población es mucho más longeva”, agregó.

Jackson aseguró que en el mundo desarrollado los adultos mayores invierten su dinero hasta tres veces más per cápita en servicios médicos que la población joven. Por si fuera poco, los ancianos gastan hasta 25 veces más per cápita en cuidados a largo plazo que aquellos conglomerados poblacionales que aún pueden cuidar de sí mismos.

Tendencias que exigen precisión

En opinión de Richard Jackson, el país presenta en la actualidad tendencias muy preocupantes en materia de hábitos de vida saludables, lo cual podría agravar la situación en el corto plazo.

“En México tenemos una epidemia de obesidad y un incremento de diferentes anomalías crónicas, como la diabetes; por ello, lamentablemente la salud de los adultos a la mitad de su vida continúa deteriorándose y generando mayores costos”, sostuvo.

El expositor reconoció que las estadísticas confirman que el consumo de los servicios de salud en los países desarrollados se incrementa a medida que la edad de la población avanza, sobre todo en aquellos viejos que superan los 80 años.

De acuerdo con el especialista, el único camino que puede seguir México si quiere mitigar la enorme problemática es construir un sistema de pensiones que sea mucho más incluyente y se adapte al nuevo perfil del bono demográfico, puesto que, según su opinión, el modelo en curso “no está armado con las herramientas necesarias”.

Por último, el presidente del Global Aging Institute aceptó que en materia de vejez y salud todavía hay lugar para el optimismo; por lo tanto, precisó que México enfrenta una coyuntura que se perfila como un riesgo, pero también como una gran oportunidad de negocio.

“En México y el resto de Latinoamérica tienen el lujo de asumir esta tendencia de envejecimiento antes de que se convierta en un problema severo. Tomen esa oportunidad y comiencen a hacer políticas, de modo que creen soluciones, públicas o privadas, pero que sean formales”, concluyó Jackson.

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Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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