El significado del deporte se ha malinterpretado; pero, ¿qué es realmente el deporte y para qué nos sirve?
Un objetivo fundamental del ser humano es crecer, alcanzar nuestro máximo potencial.
Para mí, el deporte es un vehículo extraordinario de aprendizaje, una herramienta excepcional para desarrollarnos.
Ya sea que se realice como medio de vida o recreativamente, el deporte nos sirve para crecer y como plataforma para mejorar en otras áreas.
Tanto en deportes individuales como de equipo, el deporte cumple una función fundamental: nos impulsa a ser mejores.
A veces, los intereses comerciales en torno al deporte profesional pueden desviar el propósito original, aunque es posible mantenerse fiel a sus principios fundamentales.
Un ejemplo de ello son Roger Federer y Rafael Nadal, dos extraordinarios tenistas que nos muestran cómo debe verse a un adversario deportivo.
No deben ser vistos con ojos del ego y envidia, como si fuese un enemigo, sino como alguien que se respeta, se admira y se agradece, al punto de considerarlo un amigo.
Cuanto mejor sea mi adversario, mayor será el esfuerzo que me exigirá para mejorar.
Una pregunta clave es: ¿se trata de ganar en el deporte?
Por supuesto que sí, pero no a cualquier costo. Se trata de ganar siguiendo las reglas, con deportividad, sin trampas, jugando limpio. Respetando al rival.
Muchas veces, la gente se equivoca y aplica una filosofía maquiavélica, donde “el fin justifica los medios”.
Ganar es importante, siempre y cuando se respeten las reglas y al adversario (que no es un enemigo), sin recurrir a métodos deshonestos que desvirtúen la victoria.
Una victoria obtenida sin ética, carece de valor. Lejos de hacernos crecer, nos denigra.