En definitiva, la cancelación de la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), dictada por el gobierno que encabezará el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, no desencadenará una cascada de reclamaciones en materia de fianzas, en razón de que el responsable de la suspensión del proyecto no fue el contratista (encargado de la construcción), sino el próximo Gobierno Federal.
Si como consecuencia de esa decisión gubernamental se deriva una afectación para el sector afianzador, ésta se resentirá en la disminución de la emisión de pólizas de fianza y, en algunos casos, en la cancelación de garantías para diferentes actividades relacionadas con el proyecto original, explicó Mario Carrillo López, director general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Garantías (AMIG), a quien abordamos antes de que participara en un seminario organizado por Afianzadora Sofimex en la capital del país.
El director de la AMIG agregó que el sector afianzador, como otros sectores industriales vinculados al malogrado megaproyecto, se encuentra a la espera de las decisiones complementarias que se anuncien y de lo que sucederá en los meses venideros, ya que, si bien el NAIM está cancelado, el Gobierno continúa en negociaciones con los contratistas para trasladar las actividades de obra realizadas en Texcoco, hacia las instalaciones de los aeropuertos de Santa Lucía, Toluca y Ciudad de México.
Lo anterior significa que subsiste la necesidad de garantizar el cumplimiento de contratos vía afianzamiento, con volúmenes desconocidos. Lo que se debe aclarar en materia de fianzas alrededor de este suceso es que respecto al compromiso elemental, es decir, el que tiene que ver con el deber de garantizar que los contratistas cumplan con la construcción del aeropuerto, el sector afianzador no está en riesgo, precisó Carrillo López.
Lo que sí se ve un poco afectado por la incertidumbre es la subcontratación de obra, que en algunos casos, dependiendo de las características de cada contrato, podría implicar una serie de fianzas menores de por medio. Pero, nuevamente, si el servicio subcontratado migra con el cambio de sede, seguirá habiendo fianzas, añadió el director general de la AMIG.
Carrillo López lamentó que se haya llegado a la decisión de cancelar la construcción del NAIM, ya que tanto para el sector afianzador como para muchas industrias y particulares el proyecto significaba un espacio muy importante para la generación secundaria de negocio y desarrollo económico y creación de fuentes de empleo.
Finalmente, Carrillo López señaló que los afianzadores, siempre presentes en las grandes obras edificadas en México a través de las décadas, continuarán alzando la mano para ser protagonistas del afianzamiento de obra en este país, ya en el rubro aeroportuario, ya en los grandes proyectos de infraestructura que se planeen en el futuro.