Huracanes… Capital de la industria a prueba

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  • M. Best no descarta que los daños ocasionados por Harvey, Irma y María endurezcan el mercado de seguros y las retrocesiones
  • La calificadora afirma que es muy probable que los eventos naturales del año pasado no sean una anomalía, sino una señal de lo que está por llegar
  • Mientras los mercados de seguros se reacomodan, la temporada de huracanes 2018 ya está en marcha

La temporada de huracanes que azotó a El Caribe y a Estados Unidos en 2017 ha sido considerada por muchos como una de las más graves de la historia; por ello, hay quienes estiman muy probable que los estragos de estas depresiones tropicales pondrán a prueba al capital de convergencia de la industria aseguradora.
La proyección anterior forma parte del más reciente informe especial de A.M. Best, en el que la calificadora estima que los huracanes Harvey, Irma y María (HIM) endurecerán el mercado de seguros y las retrocesiones, por lo que los grandes reaseguradores del planeta están en ascuas por las impresionantes inundaciones que sufrió Texas, las poderosas tormentas de viento que azotaron a Florida, así como la devastación que sufrió Puerto Rico.
Aunque los resultados al tercer trimestre de 2017 muestran que los daños ocasionados por la naturaleza aún no impactan negativamente a todos los involucrados, es muy probable que por un tiempo no se conozca si estas tormentas tendrán efectos colaterales y duraderos en la industria aseguradora, indica A.M. Best. La investigación advierte, por otro lado, que es muy factible que los eventos naturales del año pasado no sean una anomalía, sino una señal de lo que está por llegar.
La calificadora apunta que las compañías reaseguradoras reportaron al cierre del tercer trimestre de 2017 pérdidas netas superiores a los 100,000 de dólares, como consecuencia de los daños producidos por los huracanes HIM.
La investigación divulgada por A.M. Best presenta resultados muy interesantes, ya que asienta que las reaseguradoras más grandes del mundo soportaron efectivamente los embates de la naturaleza; sin embargo, el ranking que diseñó la calificadora deja claro una cosa: los operadores de líneas personales y comerciales en Estados Unidos, así como muchas reaseguradoras de Bermuda, sufrieron pérdidas sustanciales.
A.M. BEST es enfática en su análisis y remarca que algunas grandes reaseguradoras no están obligadas a reportar resultados debido a su condición de compañías de seguros mutuales o de propiedad privada; no obstante, aclara que con base en la información de participación de mercado de estas firmas, es sencillo presumir que sufrieron pérdidas significativas por los huracanes.
En cuanto a las compañías de seguros y reaseguro que cotizan en bolsa, A.M. Best detalla que los precios de sus acciones cayeron en picada antes de que las tormentas tocaran tierra; sin embargo, a septiembre de 2017, los precios de sus acciones se habrían recuperado por completo, a excepción de aquellas empresas que se describen como sobreexpuestas a regiones con pérdidas.
La calificadora no descarta que las reaseguradoras aumenten los precios en zonas geográficas como El Caribe y Florida, e incluso ve como algo probable que amplíen su uso de reaseguro o protección retro, con la participación significativa en los mercados de capital; no obstante, con una competencia cada vez más encarnizada por una cuota de mercado, no parece descabellado que los nuevos participantes aprovechen la coyuntura para colarse y tomar un trozo del pastel, aunque las alzas en los precios podrían esfumarse por el exceso de oferta.
¿Listos para reaccionar?
La investigación que divulgó A.M. Best señala que con base en las estadísticas reportadas por las compañías, se puede proyectar que las indemnizaciones totales derivadas de los huracanes Harvey, Irma y María para la industria aseguradora ascienden a 90,000 millones de dólares.
Pese a que los enormes daños ocasionados por los potentes fenómenos hidrometeorológicos son incuestionables, resulta poco probable que constituyan un evento de capital para la mayoría de las reaseguradoras, en opinión de la calificadora.
Por otro lado, la firma califica la actuación de las compañías como sobresaliente y subraya que se mantienen capitalizadas; agrega, además, que las pérdidas reportadas por las firmas estuvieron dentro de su tolerancia de riesgo; sin embargo, no suprimió la posibilidad de que la tendencia sufra un comportamiento adverso al previsto.
A.M. Best reitera que hasta ahora no ha tomado ninguna medida de calificación negativa para alguna de las reaseguradoras que sea como resultado directo de las catástrofes que azotaron a la región en el tercer trimestre del año pasado.
El documento difundido añade que todavía es muy pronto para saber qué bonos catastróficos se pagarán; sin embargo, vaticinó que aquellos con protección agregada anual, que brindan cobertura a todas las tormentas asignadas por Estados Unidos y las garantías por pérdidas, serían los más propensos a ser detonados.
Punto de quiebre
Con el panorama descrito por la calificadora A.M. Best, quedan pocas dudas sobre cómo el poder de la naturaleza se hizo notar durante 2017; así que los efectos colaterales de Harvey, Irma y María, probablemente redimensionen a la industria aseguradora.
Apunta la investigación que aunque el año pasado fue alarmantemente catastrófico, las principales aseguradoras de orbe estaban preparadas para estos eventos, ya que contaban con programas de reaseguro robustos, obtenidos en gran medida por los precios del mercado suave que presentó durante años el reaseguro global.
El estudio revela que la mayoría de las compañías de reaseguro han notificado un porcentaje alto de pérdidas de suscripción al cierre del tercer trimestre de 2017; sin embargo, el ramo de Daños ha permanecido bien capitalizado.
La firma explica que el secreto para que las aseguradoras y las reaseguradoras hayan podido salir bien libradas de los efectos ocasionados por los huracanes HIM radica en que han aumentado su capacidad operativa al utilizar capital de terceros; de manera que la mayoría de estos inversores serán los grandes perdedores de esta operación, puesto que tendrán que pagar el monto de la pérdida, explica el documento.
La investigación de la calificadora especifica que muchos jugadores en la industria reaseguradora y en el mercado de retrocesiones han ejercido presión para que se aumenten las tarifas; sin embargo, el capital de terceros representa un escollo para conseguir un alza en las tasas.
A.M. Best afirma que existe la enorme posibilidad de que las tasas en Daños, sobre todo en las áreas afectadas por pérdidas, sufran un incremento en sus precios; no obstante, subraya que solo el tiempo será el encargado de esclarecer si los huracanes de 2017 tendrán un impacto radicalmente significativo en el tradicional mercado de reaseguro.
El peso de ser precavidos
Los resultados reportados por la industria aseguradora y reaseguradora luego de los huracanes que en 2017 azotaron sin clemencia a Estados Unidos y El Caribe demostraron no solo la resiliencia de las compañías, sino también su enfoque preventivo para asumir monetariamente este tipo de eventos sin descuidar los índices de rentabilidad y solvencia.
Y a pesar de que todavía la industria evalúa los daños causados por las afectaciones climatológicas, el tiempo no se detiene y una serie de expertos ya han empezado a proyectar la temporada de huracanes para este año.
En tal sentido, meteorólogos de AccuWeather, canal dedicado al clima, advirtieron que en 2018 la temporada de huracanes podría ser ligeramente superior a la normal en la Cuenca del Atlántico. Los expertos esperan para la zona entre 12 y 15 tormentas tropicales. En cuanto a huracanes, pronostican entre seis y ochos fenómenos de este tipo, de los cuales tres podrían ser de categoría mayor.
Dave Samuhel, experto en climatología de AccuWeather, declaró que la temporada de huracanes en 2018 será activa; sin embargo, aseveró que no será tan devastadora como la del año pasado. “Este año el problema es que el océano Atlántico está muy cálido. Creemos probable que la mitad de las tormentas tropicales que se formen se conviertan en huracanes”, agregó.
Según AccuWeather, la temporada de huracanes para el océano Atlántico iniciada el 1 de junio terminará el 30 de noviembre. Como cada año, afectará a El Caribe, el Golfo de México y la costa atlántica de Estados Unidos.
Ahora bien, para la zona del Pacífico Oriental, la época de temporales lluviosos arrancó de manera oficial el 15 de mayo y finalizará el 30 de noviembre, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes.
Hasta ahora no se han emitido pronósticos oficiales para la temporada 2018; no obstante, 2017 fue un año en el que las depresiones fluviales no tuvieron compasión, ya que se registraron 20 fenómenos de este tipo, además de 18 tormentas tropicales y 13 huracanes, de los cuales cuatro de ellos fueron mayores a categoría tres en la escala Saffir Simpson de cinco niveles.
En conclusión, la industria aseguradora no debe perder de vista estos indicadores para prevenir y mitigar los eventos hidrometeorológicos con éxito, puesto que, según AccuWeather, las temperaturas de la superficie del mar están más altas de lo normal; entonces, existen las condiciones idóneas para el desarrollo de tormentas tropicales de gran magnitud, lo que podría generar una actividad ciclónica de efectos considerables.

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