inquieta a los afianzadores el cambio de gobierno en México

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  • En juego, 122 años de experiencia de la fianza como instrumento de garantía
  • Excepto Morena, ninguno otro partido representa un riesgo para el sector México sufriría, si se echara reversa en reformas estructurales y aeropuerto
  • Entrevista el presidente de la Asociación Mexicana de Garantías

Por: Luis Adrián Vázquez Moreno

@pea_lavm

En el ocaso del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, dos de las obras públicas más importantes que se gestaron en el periodo que está por terminar, el nuevo aeropuerto internacional de CDMX y el tren de pasajeros Toluca-CDMX, quedarán inconclusas y a la suerte de los intereses y visión del candidato al cual le toque gobernar a México durante los próximos seis años.

El sector afianzador mexicano ha sido protagonista en la expedición de garantías de prácticamente la totalidad de las obras públicas que se han construido en este país. ¿Qué riesgos y desafíos se advierten para la fianza en dichas obras y en su futuro próximo en tiempos de elecciones presidenciales?

¿Qué opina Armando Rodríguez Elorduy, presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Garantías (AMIG) al respecto?

Como antecedente, hay que señalar que, cuando se inició el periodo del presidente Peña Nieto se presumía que iba a ser de los más representativos sexenios en materia de inversión en infraestructura: casi ocho billones de pesos. La realidad fue otra: n unca llegó a ser lo que se ofreció en ese renglón, aunque se concretaron proyectos importantes de infraestructura.

Por desgracia, Peña Nieto tuvo la desventura de asumir su mandato con el efecto de la crisis financiera de 2008 y la caída de los precios del petróleo. Eso provocó que se revisaran los presupuestos para los proyectos y, como consecuencia, se cancelaran algunos importantísimo, como por ejemplo el tren bala México-Querétaro, que ya estaba incluso asignado a los chinos, y por situaciones muy controversiales ya no se realizó.

Otro proyecto cuya iniciativa venía de otro sexenio era la construcción del tren transpeninsular, el cual sigue detenido, y es fundamental que sea hecho; o la refinería de Tula, que ha ido derivando en adaptaciones que no tienen mucho que ver con la gran refinería que se pretendía.

Otras situaciones que pusieron a las compañías de fianzas en alerta fue que, al generarse la crisis financiera de 2008, se detonaron cambios en la política de vivienda, de tal suerte que algunos desarrolladores de este ramo se fueron a la quiebra, lo que afectó al sector afianzador. Quizás la más emblemática fue la quiebra de ICA.

Hablando de asuntos positivos y trascendentes, tenemos el proyecto del aeropuerto en la CDMX, al que el sector afianzador le ha otorgado garantías por montos cercanos a los 2,000 millones de pesos; y, aunque el aeropuerto registra retraso en lo general, en lo particular está avanzando, y una de las pistas va muy adelantada; incluso se habla de que no habría que descartar que la alcance a inaugurar el actual presidente.

En condiciones normales de obra, el aeropuerto quedará totalmente terminado en 2022, aunque comenzará a operar presumiblemente en 2020, descontando la amenaza que estamos viviendo en cuanto a la cancelación del proyecto por uno de los candidatos a la presidencia de la república.

Mucho se dice en los medios de comunicación acerca de que la realización del proyecto aeropuerto CDMX está blindada y que los recursos están garantizados, y en buena medida es cierto; pero no sabemos qué ocurrirá si llega alguien al Poder Ejecutivo con la férrea voluntad de cancelar y hacer un lado al Congreso. El escenario podría cambiar totalmente. Aunque lo veo lejos, no hay que descartarlo de las posibilidades. El aeropuerto es una obra sumamente importante que debería continuar, independientemente de quién entre a presidir este país.

También está el Tren Toluca-México, obra en la que el sector afianzador está participando de una manera muy importante. Eso está más cerca de concluirse, al igual que la línea tres del metro de Guadalajara. Hay por todo el país muchas obras muy importantes que han sido afianzadas durante este sexenio y las cuales en muchos de los casos serán concluidas en tiempo, mientras que otras serán naturalmente transexenales.

¿Cuáles serían los principales riesgos y oportunidades para la fianza?

 El 70 por ciento de la cartera lo representa la fianza de obra. De ahí la importancia de que el sector pueda y siga participando en este tipo de proyectos, como lo ha hecho a través de la historia. Nosotros hemos afianzado lo más importante en materia de estructura que ha desarrollado este país por más de 122 años, tiempo que le da credibilidad y certeza al producto.

En tal sentido, ¿cuál podría ser el destino de la fianza con uno u otro proyecto presidencial?

Considero que, de la misma forma como lo ve casi toda la iniciativa privada, es vital que haya continuidad en el Gobierno y en los proyectos. Se ha hablado muy mal del partido en el poder. Creo que aunque es cierto que éste tiene muchas cosas que mejorar, se debe reconocer que ha sido una administración en pro de la inversión, lo que nos genera tranquilidad y seguridad.

Si a gobernar llega otro partido que no sea Morena,estimo que podríamos seguir viendo el mismo escenario: apoyo a la inversión; por el contrario, de llegar a la presidencia Morena, todo lo hablado se convierte en incertidumbre. De concretarse la amenaza de que va a revisar las reformas estructurales y detener algunos contratos o suspenderlos provocaría una crisis inmediata, tanto social como económica.

La sola transformación de Petróleos Mexicanos (Pemex) al sector le ha significado, en los últimos dos o tres año, una reducción de entre 15 y 20 por ciento de las primas. ¡Eso es tremendo!, porque antes los contratos con la paraestatal eran continuos, terminaban y se renovaban casi de manera automática; y ahora, con el nuevo esquema, las cosas ya no son así.

De tal forma que si Morena llega al poder y se propone suspender o detener las reformas estructurales, va a ocasionar problemas graves no sólo al sector afianzador, sino al país entero. Detener la construcción del aeropuerto ,o proyectos de esta naturaleza, equivale a frenar la productividad de México. En conclusión, sí vemos riesgo, en especial con este partido, y lo vemos con preocupación. Incluso, estamos trabajando en algunas cúpulas empresariales para decidir qué hacer bajo cada escenario posible.

¿Cuál podría ser el futuro para la fianza?

Con la reforma energética han salido 10 licitaciones en las tres rondas. En ellas puede participar la fianza. Sin embargo, de esas 10 solo en cuatro ha sido incluida la fianza como instrumento de garantía, y en seis se le la ha descartado. Esto nos ha puesto a trabajar para lograr que no se le excluya de los proyectos, porque ésta ha sido el instrumento de garantía por excelencia.

El mayor reto que afronta la fianza en México es credibilidad y penetración en el mercado. Dar certeza a las partes. Convencer de que es un producto que sirve, funciona y que realmente se puede ejecutar cuando procede el incumplimiento. Es por eso por lo que queremos hacerlo más fácil, para lograr posicionarlo en todos los mercados.

El sector afianzador dependía, hace 10 años, en 92 por ciento del sector público, es decir, solo el Gobierno era el que pedía fianzas; hoy en día la composición se ha modificado: solo entre 75 y 78 por ciento de las primas las genera el Gobierno, y el resto lo pide la iniciativa privada. Es decir, los particulares están usando más la fianza como garantía.

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Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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