Las catástrofes relacionadas con la naturaleza se han multiplicado alcanzando niveles nunca antes vistos de frecuencia y severidad, haciendo que, para modelarlos y cubrirlos, sea insuficiente depender del acervo estadístico y de aseguramiento tradicional. Lo que hoy se requiere para manejar esos riesgos es diseñar productos con una visión técnica y científica multidisciplinaria que facilite llevar los modelos de riesgo, los seguros y las decisiones hacia otro nivel de precisión y desarrollo.
Paula Ferreira, CEO de Reinsurance Solutions de Aon para Latinoamérica, dijo lo anterior al hablar en entrevista con este medio acerca de los desafíos que tiene la industria del seguro en América Latina respecto al aseguramiento de los nuevos riesgos hidrometeorológicos, que se han sumado a la lista de catástrofes a las que debe hacer frente la industria.
La directiva señaló que todavía hace unos años era común relacionar la mayoría de las catástrofes con vientos, terremotos, inundaciones y huracanes; sin embargo, a medida que el cambio climático ha afectado más y más al planeta, se han agregado consecuencias no modeladas; por ejemplo, granizadas y sequías, entre otras, que poco a poco han ido alterando los costos de siniestralidad en las aseguradoras.
De esta manera, dijo Ferreira, hoy hay riesgos que no estaban pensados ni modelados y que actualmente forman parte del catálogo de afectaciones relacionadas con el cambio climático y que se magnifican en la medida en que hay una mayor concentración de la población en áreas más expuestas, lo que lleva a un aumento en el valor de las propiedades y, por consiguiente, a una mayor concentración del riesgo.
Por lo anterior, Ferreira estima que entre los desafíos que en el futuro ocuparán a la industria del seguro está la tarea de lograr medir los riesgos pero con una visión mucho más integral y a la que hay que sumar el conocimiento científico, que facilitará analizar y estimar con mayor precisión y antelación los riesgos. La ciencia aportará la información suficiente para desarrollar productos alternativos (como los seguros paramétricos) que complementen a las coberturas principales. Con ello se contribuirá a la creación de una sociedad más resiliente.
La CEO de Reinsurance Solutions de Aon para Latinoamérica señaló que trabajar en un ambiente con mucho más variantes para medir el riesgo de manera científica tiene como beneficio que el cliente a su vez desarrolle una visión amplificada de los riesgos de su entorno, lo que lo llevará a tomar decisiones sobre cómo prepararse para afrontarlos.
Por parte de las aseguradoras, agregó, esa información las lleva a evaluar mejor las nuevas amenazas y ponderar las acciones que será necesario ejecutar para lograr predecirlas de mejor forma y cómo trasladar el riesgo hacia los mercados, ya sea de reaseguro o de capitales.
Este punto es muy importante, subrayó Ferreira, porque la realidad es que en un tiempo muy corto todos los riesgos climáticos se han exacerbado y es fundamental entenderlos y modelarlos para poder reaccionar adecuada y oportunamente. “Hoy tenemos una demanda de protección mucho más grande que la oferta, lo que implica en sí mismo un desafío para la industria, que debe ofrecer alternativas de protección adecuadas y bien medidas”.
Es por ello por lo que Aon adquirió la empresa Evaluación de Riesgos Naturales (ERN), para poder entender y medir los riesgos con mayores elementos científicos y así trasladar las soluciones de aseguramiento mediante productos y asesoría acordes con las nuevas circunstancias del medio ambiente, “porque es un hecho que hoy la industria nos exige entender rápidamente los riesgos, demanda que no podríamos satisfacer solos”, expresó Ferreira.
La funcionaria de Aon indicó que, como organización, esta empresa tiene dos desafíos en puerta: atraer mercados alternativos, para lo cual ya trabajan con mercados de capitales para poder llevar mayor capital a la industria; y trabajar más de cerca con el gobierno en materia de contención de riesgos.
Este segundo punto es particularmente importante porque, por ejemplo, de cada 10 dólares de pérdida, solamente cuatro están asegurados. Y en América Latina de cada 10 dólares solo dos están asegurados, cifras que revelan el camino que hay que andar para ayudar a los gobiernos a lograr un porcentaje de aseguramiento mayor, apuntó Ferreira.
Finalmente, la directiva hizo un llamado a la industria para que se siga invirtiendo en la adquisición de mejor información y herramientas de gestión de riesgos y en construir el camino de la educación en seguros para que cada persona entienda claramente cuáles son las consecuencias de no asegurarse.