Mala atención de lesiones repercute en discapacidad y rehabilitación larga y costosa

Por: Luis Adrián Vázquez Moreno @pea_lavm

Discapacidad y tratamientos de rehabilitación largos y costosos son la consecuencia que miles de personas llegan a enfrentar por haber minimizado o desestimado atender una lesión sufrida en alguna etapa de su vida, ya sea por accidentes viales, caídas, lesiones deportivas, entre otras, y que años o décadas después llegan a repercutir en molestias constantes y hasta discapacitantes que comprometen la salud y la economía.

Es el panorama que planteó Yanira Estrada, fisioterapeuta y CEO de Haphy by Aquasense, al hablar en entrevista acerca de las consecuencias que tienen las lesiones para la salud y para la economía de las personas, en la que agregó que las lesiones mal atendidas generan miles de pesos en tratamientos que pudieron ser innecesarios si se hubieran atendido oportuna y adecuadamente.

Reveló que es sorprendente el número de casos de hernias cervicales y de lesiones nerviosas que tienen como antecedente un accidente automovilístico sufrido hace años, y en el que todo inició por un mal diagnóstico y una deficiente terapia de recuperación de la persona. Por ejemplo, ante un latigazo en el cuello por colisión vehicular, es común que, si no hubo fractura, lo que sigue es recetar el collarín cierto tiempo y nos olvidamos de la situación, cuando lo correcto sería dar un monitoreo y sugerir un periodo de rehabilitación mucho más integral, hasta sanar por completo, señaló la entrevistada.

Parece que, por la premura de determinar los daños superficialmente causados a un conductor, se minimiza la importancia de darle seguimiento a un evento de esa naturaleza, y lo mismo sucede con cualquier “accidente insignificante” ante el que, mientras no hubo sangre, no pasó nada, o por lo menos eso recuerdan o asocian las personas una década después, cuando el dolor y la discapacidad se hacen presentes.

Yanira Estrada dijo también que una lesión es la suma de una serie de episodios desafortunados, hábitos y hasta de posturas incorrectas que sucedieron o que tenemos a lo largo de la vida. Es de no creerse pero las secuelas de un accidente pueden aparecer hasta treinta años más tarde, y todo por no haber tomado las medidas de prevención y de terapia adecuados cuando ocurrió el accidente, o bien cuando de manera recurrente se mantiene una postura corporal que daña el sistema musculoesquelético.

Por ejemplo, dijo, el promedio de estatura de la población mexicana es de media a baja, y muchas personas que superan esta medida tienden a jorobarse para sentirse a la altura de los demás, y eso ocurre también con las posturas al sentarse durante largas horas de trabajo, caminar, efectuar algún movimiento físico rudo durante la jornada laboral, que inevitablemente causa consecuencias en algún punto de la vida.

Cuando la molestia aparece, de la misma manera en que el daño fue haciéndose presente, llevará tiempo en desaparecer, de ahí la importancia de concientizar en la sociedad el adquirir hábitos de prevención que eviten complicaciones largas e innecesariamente costosas y que repercutan en el incremento de servicios, entre ellos los seguros de salud.

“Cualquier accidente es más fácil de tratar si se atiende de inmediato que cuando se dejan pasar muchos años, además de que lo segundo es más caro y mucho más discapacitante”, apuntó la especialista en fisioterapia.

Los españoles  acostumbran a ir al fisioterapeuta, similar a como los mexicanos van a un spa o a un masaje. Esto tiene que ver con un tema de cultura respecto a identificar y entender lo que necesita mi cuerpo. ¿A dónde voy con esto?  A que todas las personas que estamos mucho tiempo sentadas o que realizamos por trabajo o esparcimiento movimientos continuos y exigentes podemos corregir malos hábitos de postura sin llegar a la quiropraxia o a tratamientos más extremos, recalcó.

Para finalizar aseguró que cada profesión tiene movimientos y cuando se identifica el origen y el objetivo de hacerlos, se puede recomendar  con mucha precisión qué es lo que tiene que hacer, y la fisioterapia debería ser considerada una parada obligada para procurar el bienestar futuro. 

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