Riesgo nostálgico

@risk_mr
Charlemos seguros

Por: Alfredo González

Comenzamos el segundo semestre de un año que ha presentado retos, aunque también oportunidades en todos los aspectos: en lo profesional, generando expectativas de crecimiento, al moverse algunos cargos directivos que plantean la necesidad de cubrirlos buscando nuevo talento; en lo económico, con un tipo de cambio que ha perjudicado mucho a los exportadores mexicanos, ya que los clientes están volteando a ver hacia Estados Unidos frente a la “fortaleza” del peso mexicano.

Por otro lado, una gran oportunidad para los viajeros de ocasión, que pueden pagar hasta un 30 por ciento menos por el mismo viaje que, cotizado en dólares, tenía un costo muy superior hace apenas unos meses. Cabe mencionar que, pese a que a nuestro gobierno le encanta pensar que el desempeño del peso está ligado a su gestión en la administración pública, no hay nada más falso que ello, ya que basta con leer un poco las noticias financieras para conocer el verdadero motivo: no a la apreciación del peso sino la pérdida de valor del dólar.

De cualquier manera, esta es una situación que tarde o temprano terminará, muy convenientemente para los empresarios exportadores, y no tan positivamente para los que hemos aprovechado esta coyuntura para realizar esos viajes que teníamos pendientes.

Lo riesgoso del tema puede ser la nostalgia que provoque entre aquellos que se beneficiaron de la situación, porque entonces pudiera pensarse que se trató de un escenario espectacular que jamás debió haber visto su fin, cuando en realidad, y como lo mencioné antes, fue positivo para algunos y negativo para otros, pero aquellos amantes de la nostalgia pensarán que fue una de las mejores épocas para la economía mexicana, cuando en realidad no es así.

Lo mismo sucederá para estas personas, en cualquier otra circunstancia de la vida, porque para ellos simplemente “todo tiempo pasado habrá sido mejor”.

Los que tenemos ya algunas décadas en esta noble industria del seguro, y sobre todo los que hemos experimentado diferentes mercados, ramos y compañías, sabemos que esta es una industria cambiante, que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, necesidades y circunstancias, siempre en favor de los consumidores, y que, a pesar de que se han vivido cambios, como el endurecimiento en los mercados de daños y de reaseguro, dadas las últimas experiencias debido a catástrofes naturales cada vez más severas, y en el tema de seguros personales, nada menos que a una pandemia, de la que nadie sospechó los alcances que adquiriría, la industria del seguro hizo patente su madurez, liderazgo y preparación para absorber las pérdidas y reinventarse ante los sucesos.

Aun así, siempre encontraremos personas, y peor aún, líderes, que gustan de añorar el pasado, de pensar que todo fue mejor antes o incluso que reconocen que ante los momentos de incertidumbre, se preguntan ¿qué hubiera hecho tal o cual persona? Una persona que por alguna circunstancia ya no se encuentra en la organización, pero les gusta empeñarse en pensar que sigue ahí, guiando los pasos de una empresa que seguramente, gracias a su destreza, lograron madurar, para luego entregarla equivocadamente a otra, incapaz de generar sus propios éxitos y a quien solamente le queda el recurso de la nostalgia.

El mejor líder es el que se adapta a la realidad del momento, se actualiza para conocer el entorno del mercado y se prepara para tomar las mejores decisiones. Y sí, no importa si lo hace en una sola organización o lo hace en diferentes empresas, su sello es perenne y será siempre reconocido por el toque personal que imprime a sus acciones.

En mis cinco décadas de vida, sin duda hay algunas que han marcado de manera importante mi existencia, ya que nací en los 70, pero viví mis mejores momentos juveniles en los 80 y comencé a trabajarde lleno en mi querida industria aseguradora en los 90, alcanzando mi primer cargo directivo en los 2000, por lo que sin duda las tres últimas décadas mencionadas han sidofundamentales en mi vida, pero si me preguntan cuál es la mejor época para mí, siempre respondo que es el momento actual, el que vivo en este preciso momento, y en el que tengo oportunidad de crear y disfrutar (o sufrir) con mis decisiones y retos cotidianos.

Soy un convencido de que el pasado es para recordarse (y tengo muchos recuerdos cariñosos de todas mis etapas pasadas), pero no para añorarse, y si me preguntan cuál es la época de mi vida que me gustaría volver a disfrutar, mi respuesta es simple: ninguna, porque amo mi momento presente y no lo cambiaría por nada

Por supuesto que siempre aprovecho las enseñanzas de grandes maestros que he tenido a lo largo de mi carrera, y a varios de ellos los considero mis mentores en esta gran industria del seguro, pero creo que lo mejor de aprovechar sus enseñanzas es aplicar mi toque personal a todo lo aprendido, y guardar esos magníficos recuerdos con ellos, que siempre serán imborrables, pero no considero conveniente convertirme en una copia de ninguno de ellos.

En fin, los invito a que disfrutemos juntos esta gran etapa que se vive en el mercado asegurador, recordemos con cariño a los que forjaron los cimientos de este negocio, y preparemos el camino a las nuevas generaciones de aseguradores, pero ojo, sin ese dejo de nostalgia que puede estorbar a la creatividad de encontrar nuevas maneras de ser exitoso en esta gran industria.

Quiero aprovechar estas últimas líneas para felicitar a Elisabeth Vogt, recién electa presidenta de Copaprose. Es la primera mujer en ocupar dicho cargo. También celebró su cumpleaños el 24 de julio. Vaya para ella un abrazo y mi admiración por su aportación en pro de las mejores prácticas del mercado.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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