Salud digital, frente a diversos retos antes de ser implementada a nivel mundial

El Asegurador

 

La pandemia por COVID-19 impulsó la salud digital a nivel mundial debido a que los proveedores de atención médica en todo el orbe buscan aprovechar la tecnología para encontrar soluciones que ayuden a combatir dicha crisis a pesar de los desafíos que enfrentan para poder implementarla.

Sin embargo, las tendencias hacia la digitalización de la medicina -que se venían dando desde años antes de la aparición del coronavirus-, se enfrentan también a marcos regulatorios y legales que no están preparados para seguir el ritmo de la innovación, su adopción y uso; lo que implica grandes esfuerzos por parte de toda la industria médica.

Estas consideraciones se desprenden del informe El futuro de la salud digital, elaborado por Willis Towers Watson, empresa mundial de gestión de riesgos y corretaje de seguros, en el que se comparten algunos puntos sobre hacia dónde se dirige la salud digital en el futuro y qué se necesita para adoptarla en todo el mundo. 

Los expertos en el tema se refieren a la salud digital como una nueva forma de trabajar para mejorar la atención médica a nivel local, regional y mundial mediante el uso de tecnología de la información y la comunicación.

Sin embargo -como se mencionó anteriormente-, para llevarla a la práctica requiere una forma completamente nueva de trabajar para quienes atienden esta área, pues aunque existen grandes expectativas sobre el potencial disruptivo y positivo que esta trae consigo, existen grandes retos que superar. Willis Towers Watson enumera algunos de ellos:

  • Marcos regulatorios y legales que no pueden seguir el ritmo de la innovación, la adaptación y el uso.
  • Preocupaciones de los consumidores sobre seguridad y privacidad.
  • Cuestiones éticas que inevitablemente surgen en la adopción y el uso de nuevas tecnologías, especialmente en lo que respecta al papel del comercialismo y la monetización.
  • Problemas de inoperabilidad y sistemas fragmentados, tanto técnicos (softwares, plataformas), como de estructura del sistema (proveedores, pagadores y reguladores de la asistencia sanitaria dispares).
  • Motivaciones contrapuestas y desalineaciones: pagador, proveedor y paciente.
  • Problemas de equidad que pueden surgir especialmente de implementaciones digitales rápidas; por ejemplo, dificultades de alfabetización digital, de acceso digital y el impacto en grupos vulnerables como personas mayores que no utilicen tecnología en su día a día.
  • Contratiempos de usabilidad tanto para pacientes como para proveedores.

Aunado a ello, el informe de Willis destaca que existen varias exposiciones al riesgo y daños que pueden surgir del uso de la salud digital, como son:

  • Proveedores que utilizan, desarrollan o implementan tecnologías sanitarias digitales para facilitar las interacciones con los pacientes (diagnóstico, tratamiento, seguimiento y gestión).
  • Host, desarrolladores y diseñadores de plataformas de salud digital, especialmente aquellos que facilitan o brindan tratamiento, monitoreo y manejo de diagnóstico de pacientes.
  • Fabricantes de productos, distribuidores y desarrolladores de tecnologías sanitarias digitales (tanto reguladas como no reguladas).

Por estas razones, de acuerdo con la investigación, las exposiciones a la salud digital requieren cobertura para lesiones corporales y pérdidas económicas, productos regulados y no regulados, servicios que a menudo se brindan en cooperación con o bajo la dirección de profesionales médicos, con el fin de que no existan complicaciones mayores en un futuro y tanto los pacientes como la industria médica trabajen de la manera más adecuada.

Willis Towers Watson destaca que en cualquier campo emergente y de rápido crecimiento, es importante permanecer atento a los cambios en las condiciones de responsabilidad y seguros.

En tal sentido, ya que los avances en salud digital están catalizando el despliegue de nuevos modelos operativos y que, a su vez, pueden producir peligros imprevistos y nuevos flujos de responsabilidad, es importante que el sector asegurador esté preparado para proteger a este nuevo mercado.

“Las exposiciones a la salud digital pueden surgir a través de la provisión de productos y servicios tecnológicos a pacientes, proveedores, pagadores y una variedad de otras partes interesadas, tanto dentro como fuera de los entornos clínicos. Existe una variedad extremadamente amplia de productos y servicios de salud digital que se utilizan cada vez más en nuevos entornos y de nuevas formas”, concluye el informe.

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