Una vida de lujos

Charlemos seguros

El asegurador

Hace un par de días me compartieron por “Whats App”, el siguiente post:

Me dio mucho gusto recibirlo por muchas razones, la primera porque es una filosofía que va conmigo, la segunda porque venía de un amigo muy querido con el que comparto demasiadas reflexiones de vida, pero ésta en particular, me estaba denotando que es algo en lo que viene pensando y me dio inmensa alegría por él.

Acto seguido le agradecí y me confirmó que hace tiempo, se viene cuestionando: ¿Qué tanto vale la pena seguir pagando el precio de una vida que, aunque llena de Glamour y compensaciones que llenan no sólo el bolsillo, sino también el “Ego”, conlleva también grandes responsabilidades y sobre todo quizá el pago más alto, es el ver pasar no sólo nuestra vida, sino la de nuestros más queridos, mientras nosotros simplemente no somos dueños de nuestro tiempo?.

Eso mismo me sucedió hace más de 10 años, sin embargo, para todo hay un momento y tardé más de 5 años en armarme de valor para finalmente tomar la importante decisión de dejar el “Corporativismo” y encontrar eso que tanto anhelaba, pero que a la vez tanto temía.

Volviendo al pensamiento, también se lo envié a otros amigos y gente querida, llevándome la segunda sorpresa, cuando alguien muy querido que nunca le había escuchado expresar nada filosófico, me respondió lo siguiente:

“ El problema es que mientras uno utilice el verbo quiero, que no es más que el reflejo del deseo y el apego a las cosas y conceptos, uno no podrá encontrar dicho lujo planteado así; y aquello que es factible alcanzar, la felicidad, se convierte en una ilusión más, una zanahoria que uno persigue sin claridad, sin vivir el presente a tope”.

No podría estar más de acuerdo, sólo que pienso que el utilizar la palabra quiero al menos es el primer paso para lograr algo, ya que la Mente funciona en tres planos y el primero es el del Deseo, mismo que nos llevará al segundo plano, el de la Razón, y Razonar ese deseo, nos llevará al tercer plano, al de la Comprensión, que es cuando concluimos ese deseo que hemos razonado y es así como manifestamos la cosas.

Todos esos Lujos que menciona ese pensamiento, me parecen de gran importancia, quizás yo hubiese agregado algunos, como podría ser invertir más tiempo disfrutando a tus seres queridos y a los amigos; sin embargo, voy a tocar algunos que considero prioritarios, como lo son: “ Vivir sin Prisa, Hacer las cosas que más me gustan y vivir de ellas, Ser Yo Mismo, Vivir sin Miedo y Ser Feliz”.

Vivir sin prisa, es para mí tan importante que escribí aquí en esta columna un artículo que se llama “Erradicar la Prisa de nuestra Vidas”. Algo con lo que llevo un gran avance, pero a veces todavía me sorprendo cayendo en esa terrible trampa que nos roba la paz.

Hacer las Cosas que Más me Gustan y Vivir de Ellas, porque aquel que logra identificar las cosas que más le gustan y logra generar para vivir a través de esas actividades, tiene la fortuna de ejercer su vocación y realizarse a través de ello. Además de que ello le garantizará satisfacción, éxito y todo lo que viene inherente a ello.

Ser Yo Mismo, es vital, ya que vivir sin la presión de tratar de quedar bien con la gente incrementa substancialmente la paz interna, al no tener que impresionar a nadie.

Vivir sin Miedo es esencial, porque el miedo no sólo es uno de los grandes ladrones de la paz interna, sino que es en muchas ocasiones el detonador para que sucedan todas aquellas cosas que se derivan de un pensamiento equivocado, el miedo paraliza, esclaviza y te impide vivir.

Antes de cerrar con el de ser Feliz, yo agregaría algunos otros lujos como el de no asistir a los compromisos que no quiero asistir, ni discutir con quien no se me antoja y poder en cambio compartir una charla, un café o una comida con un querido amigo, sin la necesidad de tocar un tema en específico, o de soportar con argumentos cualquier discusión, poder simplemente disfrutar contando o escuchando un chiste, platicar anécdotas de otros tiempos o divagar sobre lo que deparará el futuro.

Hoy en día me acerco día a día vivir esa vida de lujos y la disfruto a cada minuto y por ningún motivo aceptaría dar marcha atrás para volver a vivir una vida en la que bailaba a un ritmo que no era el que me hacía feliz, porque:

Ser Feliz para mí es definitivamente una decisión. Está en nosotros y mientras más lo pienso, creo que el mayor lujo que podamos darnos es el de tomar la decisión de ser feliz, pase lo que pase…

… porque bien lo dijo Aristóteles : “ La felicidad es el significado y el propósito de la vida, el fin de la existencia humana”.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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