Coinfecciones elevan riesgo a complicaciones en contagiados de COVID-19

El Asegurador

Existen hallazgos que confirman que 28 por ciento de los pacientes hospitalizados por el virus SARS-CoV-2 ingresado en unidades de cuidados intensivos presentó una coinfección bacteriana que complicó aún más su evolución. Por tanto, la presencia de agentes patógenos sin detectar eleva el riesgo a sufrir complicaciones en infectados por la COVID-19. 

Así lo afirmó Norma Hernández, directora Médico para Latinoamérica en bioMérieux, firma especializada en el desarrollo de pruebas para la detección de enfermedades infecciosas, quien explicó que con base en un estudio publicado por la revista Annals of Intensive Care se determinó que cuando una persona contagiada de COVID-19 ingresa al hospital, descartar si tiene una coinfección con otro virus o una bacteria de manera temprana marca una gran diferencia en su evolución; sobre todo si requiere recibir atención en terapia intensiva.

“Las coinfecciones así como las sobreinfecciones que se generan cuando el paciente ha estado hospitalizado podrían agravar el estado del internado con el virus SARS-CoV-2 activo. Además, existe la posibilidad de que sean causadas por otros virus, bacterias u hongos y su identificación se complica por diversos factores; entre ellos la falta de herramientas diagnósticas que faciliten desde el momento del ingreso la posibilidad de saber si el contagiado tiene la presencia de agentes patógenos”, abundó Hernández. 

Por último, la directora Médico para Latinoamérica en bioMérieux reconoció que debido a la similitud de los síntomas entre las enfermedades respiratorias, diferenciar las afecciones resulta un procedimiento complejo, en específico aquellos padecimientos que irrumpen en invierno, como la influenza, otros coronavirus o bacterias que producen neumonía como neumococo.

“La emergencia sanitaria provocada por el nuevo coronavirus requiere una gran cantidad de instrumentos de detección que cumplan con el presupuesto, rendimiento y demanda de pacientes con síndrome respiratorio. En concreto, identificar a qué enemigo nos enfrentamos aumenta las posibilidades de estabilizar al paciente, asegura la implementación del tratamiento adecuado, reduce la permanencia en terapia intensiva y disminuye la estancia en hospitalización”, cerró Hernández.

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