La adaptación a los escenarios de economía, síntomas tardíos y legislaciones locales por parte de las aseguradoras ante la nueva realidad que dejó la pandemia por covid es constante.
Las áreas de suscripción y reclamos no están exentas de estas actualizaciones operativas. Y, de hecho, de acuerdo con la encuesta Seguros de Vida en Iberia y América Latina: el impacto de COVID-19, realizada por Gen Re, la mayoría de estos cambios han sido positivos en cuanto a la experiencia que se ofrece a los clientes.
En este sentido, destaca la publicación a 130 encuestados de 57 compañías de seguros que operan en América Latina (72 por ciento) y la Península Ibérica (28 por ciento). Asimismo, 89 por ciento de las empresas consultadas no aplica ninguna condición especial a los solicitantes no vacunados contra el SARS-CoV-2.
“Esto puede deberse a la legislación interna de cada país, temas de discriminación, o también a posibles controversias que puedan surgir por la voluntariedad de la vacunación, desigualdad en el acceso a las vacunas, dosis de refuerzo, protección de datos personales, entre otros”, detalla Gen Re.
Es importante notar que 11 por ciento de las entidades que aplican condiciones especiales en la suscripción a los solicitantes no vacunados corresponde al mercado de Latinoamérica, donde el efecto de la pandemia ha sido mayor.
Además, un hallazgo clave en la encuesta de la reaseguradora es que más de dos años tras el inicio de pautas de suscripción temporal de Gen Re, “vemos que más de la mitad de los encuestados (56 por ciento) continúan aplicando una pauta que se implementó al comienzo de la pandemia, principalmente relacionada con el seguro de Vida Individual: de limitar el exceso de prima y duración de la póliza, hasta diferir el riesgo o aplicar cláusulas de exclusión”.
Finalmente y ante estos datos, la encuesta revela que el mayor reto, para los participantes del ejercicio, para aplicar cambios en las pautas de suscripción en la empresa fue cuando no existía un pleno entendimiento por parte de los clientes, así como la presión comercial latente por estas modificaciones.
“A pesar de estas dificultades, 79 por ciento de los encuestados cree que es necesario seguir aplicando las directrices actuales. Algunos incluyeron comentarios de que apreciaban la incertidumbre y la preocupación por la larga duración de la covid, los factores de riesgo importantes en la población, el acceso desigual y voluntario a la vacuna y la transmisión persistente de esta enfermedad”, concluye.