Ante la ola de disrupciones tecnológicas que están cubriendo los mercados de todos los giros empresariales, las aseguradoras tradicionales experimen una competencia cada vez mayor de conceptos digitales, situación que los ha obligado a considerar digitalizarse más rápidamente tras observar el cambio en el comportamiento del cliente, la disponibilidad y utilidad que le pueden dar a los datos, y por el ritmo acelerado que la tecnología le está imponiendo a las relaciones de negocios.
Así lo advierte McKinsey & Company en su documento titulado Construyendo un nuevo negocio digital en seguros, en el que señala que el cambio en las preferencias de consumo de las personas (que se acentuaron en la etapa de confinamiento por la pandemia) es sin duda la razón principal por la que las aseguradoras están tomando la determinación de orientar sus estrategias de negocio y comercialización en construir nuevos negocios digitales.
La publicación de McKinsey considera también que la digitalización de la industria es una manera ideal de solventar los requerimientos y las expectativas del cliente, así como una forma diferente de allegarse de fuentes de ingresos completamente distintas, o poco exploradas por la industria del seguro.
Pero ante este desafío, la firma aconseja reflexionar acerca de cuáles son los activos que las organizaciones podrían utilizar para reconfigurar el negocio a un estadio digital. En el caso de seguros, por ejemplo, la industria maneja una gran cantidad de datos, a través de los cuales hace estimaciones y ejecuta análisis para calcular riesgos o crear propuestas de valor para los clientes. En tal sentido, el siguiente paso consistirá en aprovechar tales bases de datos y adaptarlas bajo una metodología al escenario digital para así ganar más.
Por otra parte, se agrega, es común que al pensar en la justificación para proceder a la construcción de un negocio digital sea para conseguir que la distribución sea mucho más fácil, rápida, barata y fluida. Parecería que ese es el único arquetipo o motivador que existe, cuando la realidad no es lo único que hay que tomar en cuenta para dar ese paso.
Cada vez es más claro que la industria pretende la creación de empresas digitales para ayudar a cumplir el objetivo de atraer y cautivar al nuevo nicho de consumidores potenciales. La mala noticia es que es muy difícil darle forma a ese concepto si no se cuenta con una mente suficientemente flexible para diseñar coberturas y servicios que puedan ser comparables en el mercado.
En apreciación de la firma McKinsey & Company, existen tres factores críticos de éxito para quienes intentan construir empresas digitales y que están más allá de solo incorporar plataformas tecnológicas: Primero, atraer talento y recursos; segundo, aprovechar los datos y su análisis; y tercero, pensar cómo transferir algunos de los aprendizajes o activos que están construyendo el negocio digital al principal.
Otro desafío que tiene que ver con este proceso es la inducción de una férrea cultura digital empresarial, y lograr eso es más que solo probar y aprender; se trata de adoptarla como un estilo de vida y eso es realmente difícil, se explica en el documento.
Además, y no menos importante, es necesario asegurar la privacidad y la seguridad en el nuevo negocio partiendo de la premisa de que alrededor de las oportunidades que ofrece el mundo digital, es fundamental procurar la confianza para que el cliente se sienta identificado con la digitalización y los productos de la empresa. Eso es un objetivo en todos los servicios financieros y por supuesto, en el seguro no es diferente.
“Asumamos que la confianza es una tarea lenta de construir y que se puede perder fácilmente”; por ello, en el camino hacia la digitalización del negocio es un elemento que debe estar considerado en cada una de las interacciones que el seguro tenga con el cliente.
Por todo lo anterior McKinsey hace un llamado a reinventar la forma de hacer seguros y a construir algo más amplio, ya sea una plataforma o un ecosistema completamente diferente, y luego, una vez que haya decidido lo que se va a transformar, sumar a la tarea a un equipo pequeño pero de alto rendimiento.