En el ajuste, ni tecnología ni rapidez deben obrar en contra de una indemnización justa

El Asegurador

Con la tecnología al servicio del ajuste de daños, aseguradoras y usuarios se han visto beneficiados principalmente en velocidad de atención y administración del siniestro; sin embargo, habría que indagar si también eso se ha logrado en el dictamen del siniestro  en cuanto a que refleje una indemnización justa, soportada por un trabajo técnico, profesional y con equidad, señaló en entrevista Eduardo Vargas Sanders, presidente de  la Asociación Mexicana de Ajustadores de Seguros, A. C. (Amasac).

Al hablar acerca de los beneficios y desafíos de la práctica del ajuste ante las tendencias tecnológicas en este rubro, Vargas Sanders añadió que, desde su punto de vista, la tecnología facilita el ajuste de siniestros simples o de fácil acceso; sin embargo, al atender siniestros complejos, hasta ahora ha sido inviable  que para   gestionar y levantar las pruebas para armar el dictamen “la tecnología reemplace al ajustador profesional de seguros”.

El funcionario de Amasac llamó  a tener cuidado con  que, en aras de la tecnología o por intereses comerciales, se esté relegando el trabajo profesional del ajustador a solo actividades administrativas o bien se lo condicione a lo que la tecnología pueda parcialmente revelar en torno a un siniestro. “La tecnología debe ser un instrumento que complemente   el trabajo del ajustador perito, no un sustituto de quienes desempeñan esta actividad profesional”, sentenció.  

El presidente de Amasac subrayó que tampoco el recurso digital debe servir para justificar, en aras de la rapidez en el servicio, deficiencias en el proceso que vayan en detrimento de la equidad en la indemnización. Al final, dijo, un siniestro mal estimado en su pérdida termina por repercutir en la insatisfacción  del cliente.  

Vargas Sanders explicó que, si bien la tecnología ha beneficiado al seguro en muchos de sus procesos, el aporte  ha sido parcial en el tema de los siniestros  debido a que no todos los daños reportados pueden deslindarse de manera virtual. Hay  algunos que por su grado de complejidad es fundamental que el especialista acuda al sitio, gestione reuniones y concilie muchos aspectos que confluyen en torno al reporte, y en ese punto la tecnología se ve rebasada por la intervención profesional humana.        

Vargas Sanders aclaró  que la tecnología es bienvenida para el fortalecimiento y desarrollo de esta actividad, pero lo que no debe ocurrir es que la tarea específica del ajustador se desvirtúe pretendiendo su sustitución mediante instrumentos tecnológicos que de entrada carecen de la facultad de raciocinio y reflexión para solucionar siniestros complejos.

A manera de conclusión, Vargas Sanders señaló que el mensaje es que la tecnología y la actividad del ajustador se pueden realizar  muy bien sin pretender que una reemplace a la otra. Hacer esto  es un error grave que está ocurriendo entre médicos, ingenieros, abogados y en  la mayoría de las especialidades.

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