Encuentra el orden en el caos

Charlemos seguros

El asegurador

¿Cuántas veces te has encontrado en un momento de la vida en la que pareciera que todo sale mal, que nada tiene ni pies ni cabeza, que no sabes ni por dónde comenzar, y terminas sintiéndote enormemente frustrado y desesperado? Es como si estuvieras en un remolino infinito en el que haces mucho y al mismo tiempo poco.

¿En esos momentos eres consciente de cómo tienes tus cosas?

Hace tiempo me encontraba en un punto en el que la frase: “todo está en orden, dentro del desorden” era frecuente escucharla en casa.

Atender los roles de agente de seguros, estudiante, coach y esposa generaba documentos, pendientes, artículos, notas, carpetas, libretas, y un sinfín de objetos que se aculaban poco a poco en “la mesa de trabajo”. Desde luego, las consecuencias de ese aspecto resultan en pérdida de tiempo, de esfuerzo, recursos y energía.

El desorden, genera caos, y el caos es una poderosa fuente que drena la energía al mantener los niveles de ansiedad elevados y el enfoque disperso.

El caos que provoca el desorden baja la energía, lo que hace que nos mantengamos pasivos, inactivos, e inclusive, favorece la pereza y la procrastinación.

¿Cómo combatir el desorden? ¿Cómo apartarnos de este peligroso hábito? A continuación, algunas ideas de cómo mantener el orden para sentirte con más energía, enfoque y bienestar.

1. Cada cosa en su lugar. Si, se oye muy simple, casi casi suena como una canción para niños. Pero es tan simple, que funciona. Tener asignado un espacio para cada cosa es sumamente útil, pues evita apilar todo en un mismo espacio.
Puedes tener bandejas, separadores, cajas, tazas, canastas, etcétera (basta ver un capítulo de Marie Kondo o una revisada en Amazon para encontrar lo ideal para tu espacio). Yo uso tazas para cosas pequeñas como lápices, plumas, entre otros artículos.
Y con los separadores de archivos, me encanta tener todo separado y marcado: notas por facturar, pendientes por enviar, documentos por archivar, también uso herramientas para mantener mi sistema KANBAN de procesos, pero de ese les hablaré en el próximo artículo. Como diría una famosa frase: MANTENLO SIMPLE.

2. Establece días de limpieza y orden. En mi caso, como seguramente también habrás pasado, el momento de ordenar llegaba justo cuando ya no aguantaba más la mesa. Y eso me frustraba y generaba mucha ansiedad. Hasta que empecé a establecer un día para poner todo en su lugar, desechar lo que no sirve y archivar lo pertinente.
Esto me permitió que en automático semanalmente ese hábito lo hiciera parte de mi rutina. Con ello eliminé el pesar y la ansiedad de “por dónde comenzar”, pues solo me hacía cargo de lo acumulado en una semana. Hacerlo así, me llevó a realizarlo ahora cada tercer día, y así hasta llegar al punto de ocuparme de ello diario. Así logré mantener mi espacio de trabajo limpio, ordenado y listo.

3. Hazlo por partes. Si, al principio seguramente tienes una montaña de meses en donde todo está acumulado, lo ideal es hacerlo por partes. En mi caso, me di cuenta de que me llenaba de carpetas, papeles, gadgets, etcétera. Entonces lo separé de la siguiente forma:
a. Papeles, documentos, notas…
b. Libros, libretas, revistas…
c. Tecnología, gadgets, cables…

Hacerlo por partes me ayudó a darme pequeños descansos entre los artículos clasificados, y a no sentirme tan abrumada con acomodar todo a la vez y comprendí que se logran grandes cambios realizando pequeñas acciones diariamente,

Tener las cosas en orden hace que te mantengas enfocado y con energía. Y esta misma dinámica que puedes aplicar para un espacio de trabajo o para tu escritorio, aplica para el clóset, la computadora (si, ese escritorio tapizado de archivos y documentos), el correo electrónico, proyectos por empezar, cocina, auto, incluso en esa bodega embrujada de la casa y oficina.

Simplemente, ten muy presente los tres sencillos pasos: ponle un lugar a cada cosa, establece un día fijo para ordenar y limpiar y, tercero, hazlo por partes.

Una de las grandes ventajas que me ha dado esta práctica, es que se ha convertido en un hábito aplicable casi para todo, de forma automática, sin generarme ansiedad, estrés, frustración y, lo más importante, sin convertirse en un factor que pudiera detener mi actividad diaria y, por consiguiente, la consecución de mis metas.

Deseo que el orden llegue a ti, y a todo lo que hagas, y con ello veas pronto el éxito y resultados que estás esperando.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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