A pesar de la abrupta transformación que ha empezado a experimentar la industria de los seguros, algunos básicos del negocio no deben perder vigencia, apunta Gerardo Trigueros Gaisman, abogado independiente y socio fundador del Comité Jurídico de Swiss Re.

Uno de ellos es la enorme contribución social que instrumentos financieros como el seguro brindan a la población.  

Y es que, según Trigueros Gaisman, especialista en derecho de seguros y de fianzas de larga y prestigiosa trayectoria,  en lo que compete al entorno legal, la buena fe sigue siendo la piedra angular de la relación entre las aseguradoras y los consumidores.

“La buena fe es la médula de un contrato de seguros, y la persona que adquiere una póliza para protegerse financieramente no debe abrigar dudas acerca de que el contrato se cumplirá a cabalidad al momento del siniestro, siempre y cuando se viva su esencia de principio a fin”, ataja el reconocido abogado.   

Y añade que por profunda que sea la transformación que experimente el sector, será difícil que ese baluarte se pierda y deje de ser la  prioridad en la operación de las compañías.

El abogado señala que uno de los grandes retos para la industria estriba en deslindarse de la mala fama acumulada a lo largo de su historia, resultado de centrarse en las reclamaciones que el sector asegurador no paga.

Y Trigueros Gaisman pone  como ejemplo los terremotos que en 2017 sacudieron México. Apunta que recientemente muchos medios de comunicación y algunos voceros federales impulsaron una campaña mediática para restarle mérito al hecho de que 83 por ciento de las reclamaciones derivadas de esos  siniestros ya ha sido resuelto.

“Muchos cuestionan que no se ha pagado el 100 por ciento de los casos; sin embargo, pierden de vista cómo el seguro les cambió la vida al 83 por ciento de las personas que habían adquirido una póliza y que gracias a ello recuperaron  parte de su patrimonio”, fustiga Trigueros Gaisman.

Esos   pretendidos críticos olvidan   asimismo que el resto de las reclamaciones no ha sido liquidado debido a formalidades propias del negocio asegurador, negocio que implica una serie de procesos que deben ser agotados para que las instituciones puedan pagar las indemnizaciones procedentes.

Difícil traslación

Gerardo Trigueros Gaisman se refiere a la transformación digital que experimenta en la actualidad la industria aseguradora y reconoce que las compañías del sector trabajan al límite de la regulación actual para adoptar la tecnología disponible.

Las aseguradoras buscan hacer todo lo que está en sus manos para que esa transformación mejore la atención de siniestros; sin embargo, hasta ahora ha sido muy complicado   aterrizar todas las disrupciones disponibles, por el marco regulatorio actual.

Entonces, precisa  el abogado, se vuelve imperativo que se realice una modificación legislativa extensa, sin que la autoridad descuide la seguridad jurídica que están obligados  a cumplir todos los competidores.

Educación financiera, una materia pendiente

El socio fundador del Comité Jurídico de Swiss Re puntualiza que en materia de educación financiera  falta mucho por hacer, y considera que esta estrategia es indispensable para cambiar la percepción negativa de la sociedad en torno a los seguros.

A juicio de Trigueros Gaisman, “tanto el sector privado como el Gobierno Federal tienen la obligación de impulsar una campaña que permita difundir los beneficios de que la sociedad esté más y mejor protegida”.

“Pienso que debemos llegar al punto en el que los seguros dejen de considerarse como artículos que solo están enfocados en  los estratos más privilegiados de la sociedad”, aseveró Gerardo Trigueros en la sesión con otros abogados especializados presentes en la reunión auspiciada por Revista Mexicana de Seguros y Fianzas.   

Trigueros Gaisman habla del discurso divisionista que  ha ido cobrando fuerza desde hace tiempo entre algunos políticos, pronunciamientos mezquinos que implícitamente afirman  que los seguros son un negocio “que solo enriquece a los dueños de las compañías”.

En su opiniòn, “ese planteamiento expresa una visión miope acerca de la situación.  En suma, lo que planteo es que trabajemos hombro con hombro, como industria, para derrumbar esos  mitos urbanos y las creencias sin fundamento”.

Por último, el experto en derecho asegurador  reconoce que en materia legal hace falta mucho por hacer para que la industria   del país evolucione y se adapte a las nuevas condiciones del mercado.

No obstante,   lo anterior solo será posible si todos los miembros de la cadena de valor del seguro  comprenden el papel que deben desempeñar, de manera que se difundan sin medias tintas los alcances y limitantes que se desprenden de un contrato de esta índole.  

“No queremos un sector lleno de juicios: a lo que debemos apuntar es hacia una industria en la cual haya soluciones. Que las demandas se minimicen tiene que ser nuestra  máxima meta”, afirma categórico Trigueros Gaisman.

El abogado independiente cerró su discurso con esta recomendación:“Para lograr este cometido también es importante que a través de los diversos canales de distribución se les explique a los asegurados sus derechos y obligaciones, ya que solo así podremos operar con una transparencia que genere confianza”.

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