Debido a la insuficiente penetración del seguro, México está clasificado a nivel internacional como una de las economías más afectadas por daños catastróficos ocasionados por eventos hidrometeorológicos. Empero, al mismo tiempo nuestro país destaca como una de las naciones que prometen convertirse para 2025 en zona de grandes oportunidades de crecimiento y diversificación para los seguros si se le sabe dar una lectura adecuada al mercado y se aprovecha con eficiencia la tecnología.
Así lo explicó Horst Agata, director general de Gen Re México, al ofrecer la plática Bienvenido al mundo del reaseguro, durante la sesión plenaria del Comité de Reaseguro de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), evento que registró la presencia de poco más de 100 asistentes. El mundo cambió, y la forma tradicional de cerrar negocios a través de la palabra o signados en una servilleta de papel es hábito del pasado; hoy la formalización de cualquier pacto comercial se realiza de una manera mucho más sofisticada, producto de la digitalización y la regulación, indicó.
Una de las características que hoy definen al reasegurador es la sobrada capacidad financiera para respaldar los negocios de las aseguradoras. Tan solo en América Latina, señaló Horst Agata, las primas que el seguro le cede al reaseguro alcanzan actualmente una cifra equivalente a los 19,000 millones de dólares.
Pero a pesar del importante volumen de primas cedidas al reaseguro en América Latina, agregó el director de Gen Re México, cuando ocurre un evento catastrófico, queda en evidencia la gran brecha de aseguramiento que aún debemos cerrar, puesto que las pérdidas catastróficas sin asegurar en eventos naturales en la América latina continúan siendo de 90 por ciento, lo cual es muy triste y perjudicial para la economía de los países que las padecen.
México está situado en una zona con alta exposición al embate de los riesgos hidrometeorológicos y a cambios impredecibles, producto de la afectación que ha originado el cambio climático: tormentas más lentas y fuertes, huracanes, entre otros; de ahí la importancia de desarrollar mapas de riesgos que permitan tarificar y clasificar de mejor manera cada zona. Definitivamente, las catástrofes naturales no se pueden evitar, pero sí minimizar, y a eso se le llama administración de riesgos, señaló el director general de Gen Re México.
Estudiosos de la ocurrencia de fenómenos naturales afirman que cada año la probabilidad de que sobrevenga una megacatástrofe que supere los 400,000 millones de dólares es de 2 por ciento; y, a pesar de ello, hay infinidad de industrias que siguen creyendo que algo similar nunca les va a pasar… Cuando sucede y se retira la marea, queda al descubierto quién estaba a buen resguardo y quién desnudo.
La probabilidad de que lo meramente latente se haga realidad existe, por lo que suscribir minuciosamente evitará siempre que aseguradores y reaseguradores puedan llegar a quebrar o a pasarla muy mal financieramente por carecer de disciplina en este proceso, hizo notar Horst Agata.
En ese tenor, el funcionario de Gen Re México expuso las cuatro cualidades esenciales para tener éxito en estas industrias; a saber: entender el tipo de exposiciones a riesgo que se asumen, calcular y conservar adecuadamente la carga de siniestros, establecer la prima suficiente para cubrir los siniestros y gastos y, finalmente, perder el miedo a decir no a los riesgos infratarificados.
De esta manera, explicó el expositor, la postura que el reasegurador adopte frente a los riesgos que asuma determinará su actitud en el futuro; por ejemplo, el presidente Donald Trump sigue creyendo que el cambio climático es inexistente, a pesar de que un número importante de investigadores del tema opinan y demuestran lo contrario. Ese tipo de actitud indiferente ante lo evidente hará la diferencia entre tener éxito o carecer de él en los mercados de seguro y reaseguro en los años por venir.
¿Cuándo ocurrirá nuevamente un megasismo en México? Nadie lo sabe, cualquier día, dijo Agata. Lo cierto es que ocurrirá, por las características geográficas de esta nación. Y el reaseguro estará ahí para respaldar los daños asegurados que se ocasionen, por lo que es fundamental que las aseguradoras hagan lo propio para conseguir que cada vez haya un número mayor de asegurados, porque hoy la economía de los países con incipiente aseguramiento absorbe la pérdida, lo que acarrea gran afectación en su desarrollo.