Pilla COVID-19 sin planes de continuidad a los ajustadores de seguros

El Asegurador

 

El brote de SARS-CoV-2 se tradujo en una paralización casi absoluta de la labor del ajuste en el sector asegurador mexicano; por ese motivo  es obligatorio que, una vez que se logre controlar la COVID-19, los despachos de atención de siniestros diseñen planes de contingencia o cuenten con ellos para  tomar previsiones y estar listos frente a futuros eventos pandémicos o catástrofes naturales.

Así lo afirmó Gonzalo Loman Ramos, director general de MI Ajustadores y Abogados, en entrevista con este medio, en la que reconoció que el confinamiento social provocado por la emergencia sanitaria de la COVID-19 reveló asimismo la carencia de estrategias de continuidad de negocios en los despachos de ajuste. 

Loman Ramos advirtió que en la actualidad muchos profesionales del peritaje están en jaque  en lo que se refiere a ingreso económico,  ya que han sufrido una disminución sustancial en los casos   de atención a  siniestros. Dicha coyuntura, añadió, se perfila como el factor principal que ha provocado una considerable caída en el flujo de efectivo de las empresas que conforman este gremio.

“La COVID-19 es un evento ante el cual  el gremio ajustador  no estaba preparado. No pudimos enfrentarlo.  Vivimos hoy en día una paralización preocupante de nuestras actividades; sin embargo, toda esta situación debe verse como una oportunidad para que en el futuro revisemos nuestros procesos internos y también diseñemos estrategias que nos permitan sortear la reducción de ajustes ante catástrofes del calibre de una pandemia”, explicó Loman Ramos.

Loman Ramos dijo que, más    allá de la afectación económica que hoy en día le inyecta presión a la sustentabilidad de los despachos de ajuste,   es vital que los profesionales del peritaje se preparen para un número importante de reclamaciones, que sobrevendrán una vez que se reanuden las actividades productivas en todos los sectores. En tal sentido, avizoró que los ajustadores tendrán que estar listos para dar respuesta a una gran cantidad de siniestros, que requerirán agilidad y versatilidad para evaluar los daños, brindar un servicio eficaz y ofrecer una atención diligente  pero que también esté sustentada técnicamente.

“Es innegable que la reactivación de actividades productivas vendrá acompañada de una avalancha de reclamaciones;  aunque, obviamente, no todas serán procedentes. Frente a esta realidad, el ajustador tendrá que analizar con especial detalle y profundidad todo lo referente a las  pérdidas consecuenciales, un factor que, como sabemos, no siempre está incluido en las coberturas y que ante situaciones como la emergencia sanitaria decretada  podría resultar en exclusiones de las pólizas”, abundó el director general de MI Ajustadores y Abogados.

La atención tendrá que ser ágil

Loman Ramos indicó que los ajustadores están listos para dar respuesta al   aumento que quizá registren  las reclamaciones  una vez que se logre controlar la COVID-19 y se empiecen a levantar las medidas de confinamiento; sin embargo, señaló que, en aras de mantener los estándares de calidad de la  atención, será imperativo que exista una comunicación mucho más ágil entre las aseguradoras y cada uno de los miembros de la extensa cadena de valor del seguro, en la que los ajustadores desempeñan una función  relevante.

“Estamos preparados para atender los reclamos. No nos asusta lo que enfrentaremos, pero sí será vital que prioricemos cada una de las reclamaciones. Por otro lado, también es importante que las aseguradoras nos faciliten plataformas digitales que nos ayuden a incrementar el nivel de comunicación con los usuarios y a reducir los tiempos de respuesta”, abundó el director general  de MI Ajustadores y Abogados.

Casi al término de la conversación, Loman Ramos insistió en que muchos despachos de ajustadores necesariamente tendrán que   modificar sus modelos operativos a causa de los trastornos que originó esta  pandemia de COVID-19, incluso después de que se reactiven las industrias; por ello, subrayó, es importante que la contingencia forme parte de su agenda diaria, de tal manera que sorteen con éxito eventos futuros que podrían afectar   al  flujo de efectivo y sus procesos internos.   

“Los despachos de ajustadores tendríamos que considerar los planes de contingencia como piedra angular de nuestra operación,  de modo que estemos realmente preparados para mitigar los efectos de cualquier eventualidad que pueda poner en jaque nuestra labor, tal   como ocurrió con la COVID-19”, finalizó Loman Ramos.

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