“Todo agente que pretenda desarrollarse está obligado a laborar bajo un estricto formato que incluya procesos como el seguimiento y el control, dos aspectos básicos que permiten cultivar el éxito y la expansión como asesor”, declara Dina Acosta Castañeda, agente senior de la promotoría Jenamo Consultoría Financiera. Éstas son  las claves que le permitieron evolucionar como intermediaria de seguros.

La historia de Acosta Castañeda es por demás interesante. Afirma que siempre pensó que ser agente de seguros era simplemente ser vendedor. Hoy en día, luego de asumir el reto de abandonar un trabajo tradicional en una tienda departamental, señala que su percepción mutó y aprecia el oficio del asesor como una labor que exige, por su complejidad, el desarrollo de habilidades que van más allá de las ventas.

La entrevistada señaló  que la profesión de agente no es sencilla. Requiere mucha dedicación, horas de trabajo y, sobre todo,  control y seguimiento. “Poner en marcha estos procesos posibilita evaluar constantemente el rendimiento obtenido y permite determinar nuestro grado de eficiencia  en la colocación de pólizas”, amplía. 

Acosta Castañeda precisa que ser metódico constituye una apuesta que rinde frutos positivos cuando se apunta a desarrollarse como agente de seguros. En tal sentido, indica que todo asesor que pretenda alcanzar sus objetivos en el negocio  debe ser muy ordenado y constante en sus actividades. Además, añade, es vital respetar con estricto rigor la agenda diaria de compromisos inaplazables, en lo que se refiere a prospección, obtención de referidos y entrevistas.

Planificación y paciencia, dos ingredientes fundamentales

Interrogada  sobre la fórmula que le permitió sobrevivir a sus primeros pasos como agente, Acosta Castañeda puntualiza que aquellos que busquen incursionar en la carrera deben contar con un colchón financiero, ya que es muy fácil caer en la desesperación cuando se inicia en el oficio de intermediario y no se logra concretar una  venta luego de múltiples entrevistas.

La asesora de Jenamo Consultoría Financiera sostiene que la resiliencia personal es otro de los aspectos en los que los agentes deben trabajar y dedicar gran parte de su esfuerzo. Al respecto, destaca que los   no  continuos, cuando se inicia en la profesión, son difíciles de sortear y soportar;  y, sin embargo, todo asesor novato debe mantener a la vista que cada no  recibido lo acerca a la venta deseada.   Los primeros no  son los que más afectan. En ese punto, la automotivación es indispensable para que el agente entienda que nada de lo que ocurre con esos rechazos de los prospectos es personal. 

Finalmente, Acosta Castañeda afirmó: “Algo  que me ayudó mucho en mis primeros meses fue rodearme de intermediarios exitosos. Esta estrategia me permitió no solo nutrirme de tips, sino que también me convenció de que en esta carrera sí se puede alcanzar el éxito, sobre todo si descubrimos que ser agente es nuestra verdadera vocación”. 

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